viernes, 25 de septiembre de 2009
Garcia-Palacios hace presente a Concha y Sierra en Palos de la Frontera
Brillante puesta de largo del II ciclo de conferencias de la peña José Doblado de Palos de la Frontera a cargo del ganadero de Concha y Sierra.
Ante un concurrido auditorio, en el teatro de la localidad palerma, prologado magníficamente por Paco Guerrero, palabras justas, sentidas, sin leer, sin aburrir y sin dejarse nada en el tintero, para presentar a el ganadero onubense José Luis García-Palacios Alvarez que disertó en Palos de manera brillante y entretenida.
Cuando se habla durante casi dos horas, nadie mueve el culo inquieto, las preguntas surgen espontáneas desde el estrado y todos los presentes salimos pensando que sabemos cosas que no sabíamos antes de entrar a la conferencia, sabiendo lo difícil que es ser ganadero y con un par de sabrosas anécdotas que echarnos a la buchaca de la memoria, la palabra éxito tiene que aparecer de una u otra manera en la reseña del acto.
Partiendo de lo general, del ecosistema mismo y los recientes estudios del bovis euroasiático y el bovis africano, ancestros palpables del toro bravo actual, pasando por el arduo asunto de los encastes fundacionales hasta llegar a lo más particular, cercano y conocido, el tesoro genético de una raza la única que salto el Estrecho cuando el Estrecho era más estrecho y es, junto a Mihura con su origen Cabrera, lo más diferenciado de la cabaña brava, la pureza de sangre de un encaste que se forma en las marismas que rodean al onubense coto de Doñana.
La anécdota de la noche subyuga por la sencillez, por la belleza y por lo ilustrativa de la misma, a la pregunta del buen aficionado Raimundo Hernández, sobre una grabación de la feria del toro del 2006, donde se veía a seis toros de Concha y Sierra, comer de la mano del mayoral, Pablo, galopar delante de los caballos de la casa y ser separados los castaños de los negros de diversa mezcla en el ruedo que se monta en FIBES.
A tal efecto los toros fueron "enseñados" en la plaza de tientas de la finca de San Bartolomé de la Torre, de allí fueron trasladados a Sevilla donde se realizó una ensayo general, Todo perfecto menos con un toro, que no admitía la caricia y se encampanaba así se le pisaban los terrenos.
El espectáculo resultó un éxito. La corrida fue lidiada en Alcántara, Cáceres, nueve orejas se cortaron, toda la corrida permitió el éxito de los toreros menos un toro, que manseó, resultó bronco y sin un sólo pase, ¿saben cual fue? no hace falta decirlo, el guapo ya se había señalado antes.
Así, entre anécdotas de peso, cosas del campo y charla seria, se prolongó una noche para aficionados, seguro que desde ayer más amantes de los entrepelados de la Viuda, de la dehesa y de esta fiesta brava que se hace grande en la humildad de un ganadero que terminó diciendo lo que es de ley, cuando dio las gracias por haberle dejado hablar de aquello en que trabaja. aquello que ama y aquello que defiende, pues eso, gracias ganadero.
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