El Sabor de Oliva, el poder de Rivera y la fuerza de Doblado adornan la primera corrida pinzoniana.

Palos se vuelca con el descubrimiento de la corrida en honor de los descubridores.

El Sabor de Oliva, el poder de Rivera y la fuerza de Doblado adornan la primera corrida pinzoniana.

Palos de la Frontera. Coso del Descubrimiento. Primera Corrida Pinzoniana de la historia, matadores, profesionales, personal de plaza y gran cantidad de palermos acudieron vestidos de época.
Más de tres cuartos en tarde desapacible y tras un fin de semana de temporal en la provincia. El coso en buen estado a pesar de los más de 50 litros que han caído en las últimas horas.
Francisco Rivera Ordóñez de azul y grana oreja y oreja
José doblado de Azul en calzas y chaquetilla pinzoniana ovación y dos orejas
Afonso Oliva Soto de Burdeos y oro con adornos en azabache en las calzas y Burdeos en la chaquetilla dos orejas y oreja
Ganado de Cayetano Muñoz, bien armado por delante, de correcta presentación y justos de casta, faltos de fondo y muy nobles
Bonita idea y original la de una corrida de toros que honrase la singladura de las gentes de la mar que enseñaron a Colón la deriva que debían tomar las carabelas y la Nao Santa maría construidas por los carpinteros de ribera de Palos y de Moguer. La lidia que entonces se pudiesen contemplar sería poco más que un correr de jacas tras los toros en las salitrosas marismas de los esteros que plagaban las tierras, entre la desembocadura del Guadiana y del Guadalquivir, en estas tierras mágicas de Dios y de María Santísima de la Rábida entre el Tinto y el océano, antes del que río de la mina se fusionase en la Punta del Sebo con el viejo Odiel
No sabemos sin aquellos días de llegada a La Española entre angustias de miedos y seguridades de gaviotas, llovería tanto en las Españas que dejaron atrás los intrépidos marinos, pero vaya dos otoños de aguas que llevamos. La tarde se cerró en aguas y hay que decir que sólo el intrépido de Rivera Ordóñez Paquirri y la empresa que animó a ello pudieron echar el festejo adelante. Las cámaras de Canal Sur dieron fe de la hazaña de dar toros en semejante tesitura. El espectáculo, hermoso, Palermo y onubense pudo ser disfrutado por todos los andaluces.
Tras el mojado paseíllo Rivera mostró sus poderes, capote pinturero, banderillas con poder y sentimiento, toreo poderoso y una fácil conexión con el público. Arrancó una oreja al que abría plaza que levantó el festejo. Muy bien el matador de dinastía en su actitud de director de lidia, profesional, entregado y buscando lo mejor para el público sin descuidar su obligación para la afición. Tras un trasteo voluntarioso y arriesgado y una buena estocada bajo el aguacero, cortó una oreja de ley. Ante el cuarto toro volvió a torear a favor del público, creyéndose al toro sólo a partir de la mitad de la faena, el toro nunca acabó de humillar y el torero se acabo entregando. Un gran profesional volvió a pasar por
José Doblado, el más pinzoniano en su vestimenta de los matadores, volvió a abrir la puerta grande del coso del Descubrimiento, su genio, su raza y su torería le impelen a dar el paso adelante, a arriesgar, y en ambos toros dejó muestras de su entrega, de su raza torera u de su afán que no se aflige ni ante figuras del toreo ni ante promesas del arte de Cúchares , el mal uso de los aceros impidió el triunfo constante y sonante en el primero de su lote y sus ganas le hicieron cortar las orejas al cuarto. Otro paso más en una carrera de honradez acrisolada que puede mirar de frente a cualquier coletilla del escalafón. Un lote complicado fue solventado con solvencia por el matador local en su segundo paseíllo de la temporada, cuatro actuaciones en Palos y cuatro puertas grandes. Juli Cayetano, Fandi… al lado Un Hito
Oliva es distinto. Sublime con el capote, majestuoso con la diestra en el primero, poderoso ante el que cerraba plaza, el gusto de su mano izquierda se pudo atisbar en los lances al 75 precioso y más toro que luego no mató hasta el tercer descabello. Su toreo llega por que el lo siente, emociona y se emociona, en cada lance tira la moneda del arte y en Palos dijo, aquí estoy para quedarme. Mató muy bien al primero y arrancó dos orejas de peso, de figura, Palos recordará a un torero que debe escribir páginas de oro en el escalafón. El torero lo espera y lo necesita. Él lo sabe y se siente importante
Se acaba la tarde, calados hasta los huesos, llenos de torería y con una ambiente pinzoniano, nos vamos con la impresión de haber asistido a la primera de una larga serie de corridas pinzonianas, ni siquiera los elementos pudieron con este empeño. Y es que la gente de Palos cuando se pone, es capaz hasta de descubrir un nuevo mundo.