lunes, 7 de mayo de 2012

Así vio Carlos Illian la corrida de Madrid en Marca


Eduardo Gallo, muy importante en Madrid




En el aperitivo de San Isidro hemos visto torear a Eduardo Gallo,con el capote y la muleta, como muy pocos lo van a conseguir en la larga feria. Seguro que así será porque Gallo ha merecido el percal con una cadencia y una armonía excepcionales, especialmente en su primer toro. Aquellas veronicas a pié junto y la media de remate, bellísima, se quedan ahí, a ver quien las supera. Pero en el momento de la verdad, cuando se echó la muleta a la mano izquierda, la de verdad, dió todo un recital de pureza, de temple, de hondura.
La faena al quinto, un tpro paradísimo, es un modelo de las cosas bien hechas. Se plantó en el terreno donde embisten los toros y también, ¡ojo!, donde hieren. Con reposo, con parsimonia, muy cruzado y sin aspavientos, Eduardo Gallo fue desgranando los naturales rotundos y los de pecho enormes. Una faena muy importante que remató de un pinchazo volcándose y un estoconazo. Se pidió la oreja de forma más que mayoritaria, pero el palco la negó. ¿Por qué, señor Muñoz Infante?. A ver si mantenemos esta misma politica de puño cerrado cuando lleguen los Manzanares y demás comparas del toro borrego y la engañifa. Usted se ha equivocado y ha demostrado que es muy mal aficionado porque una faena tan rotunda y auténtica a un toro muy serio, a un toro de Madrid, hay que distinguirla para, enrtre otrras cosas, hacer pedagogía taurina y marcar diferencias entre lo im portante y lo superfluo.
En su primer toro Eduardo Gallo había dejado muy clarito que estamos ante un torero que ahora ha dado el paso al frente del que no fue capaz en los momentos aquellos en los cuales andaba por las ferias importantes, de la mano de la casa Chopera. Pero más vale que ese torero rotundo que lleva dentro aflore ahora, cuando hace mucha falta. En efecto la faena al segundo de Martín Lorca tuvo reposo y un temple prodigioso, especialmente sobre la mano derecha. El toro, con clase pero muy poquita fuerza. Gallo consiguió acompasar sus muletazos a la lenta embestida. Era muy difícil llevar con el mismo ritmo la embestida y el muletazo y Gallo lo logró. Ya tenemos pues otro torero recuperado y este si que hace el toreo de temple, hondura y cargando la suerte.
Salvador Vega deja siem pre un toque de torero bueno que nunca consigue rom per. Y esta vez no fue una excepción. Algunos mulpertazos de buen corte al primero, muy blandito, y defintivamente por debajo del cuarto toro, cuyo único defecto es que miraba mucho, pero luego se desplazaba y se empleaba en la muleta. Vega no se aclaró y todo fue derivando entre la mediocridad y no superó ese punto que traspasan los que de verdad pisan fuerte.
Oliva Soto, tan frágil y tan inseguro como lo vim os en Sevilla. Cuando se decidio, en el tercero cubrió con decoro el ytrance, por debajo del toro, pero en el sexto se hundió ante un ejempl,ar tan áspero como blando. El muchacho de Camas no es precisamente un fajador y los embites como el de ayer lo dejan en avidencia. En una palabra, lo desnudan.

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Haciendo hilo

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