Olivenza. Domingo 12 de la mañana, Gines Marín trenza su
primer paseo con los caballos de picar formando filas. Dos horas después, los
presentes nos miramos a los ojos, despertamos del sueño, suenan los móviles,
revientan las redes sociales, se atascan los smartphones que nunca podrán
explicar la ilusión que despierta un
hombre de 16 años que quiere ser torero, que tiene condiciones para funcionar,
que se queda quieto y puede a los novillos.
Las ilusiones que hace tiempo buscan el aficionado el cronista de toros, el profesional con los
muslos abiertos y las ilusiones propias cumplidas u olvidadas.
Hablamos con el torero que se esconde detrás de un chiquillo
de 4 de ESO.
¿Quien es Gines Marín?
Uno que quiere ser
torero, que lleva desde los 11 años en la escuela, hijo de un picador que es
además guardia civil y que quiere ser alguien en este mundo.
¿Soñabas con que pudiera pasar algo así?
Claro. Cuando entreno
a diario, renunciado a cosas propias de la edad es por que persigo un sueño,
este era el sueño. Bueno, el principio del sueño, el sueño completo es ser
figura del toreo.
¿Figura del toreo? No son palabras mayores
Mi apoderado “El Niño
de Leganés” me lo dice continuamente. “Aquí no se está para acompañar, para ser
uno más o para pasar el tiempo” Se está, y yo estoy, para ser figura del toreo.
Y como se hace eso
Entrenando,
mejorando, aprendiendo, estando pendiente, quedándote quieto, Siendo como son las figuras, saliendo a por
todas cada tarde, como hicieron en Olivenza. Si ellos lo hacen, yo que estoy
tieso, tengo que hacerlo el doble… o el triple.
¿A quedarse quieto se aprende?
Diría que no. La
técnica puede ayudar, la experiencia te hace conocer reacciones del toro. Pero
si tu corazón te dice que a moverte, no queda más que correr…
¿Que va a aportar Gines Marín a la fiesta brava?
Ilusión, ganas de
hacer las cosas muy bien. Me gustaría ser un novillero que lleva gente a las
plazas, que tuvieran ganas de verme y que nunca salieran decepcionados de una
plaza donde yo hubiese toreado.
Supongo que le habrán salido muchos contratos después de
Olivenza, que además se pudo ver por televisión. Que tenemos en el horizonte
Eso lo lleva mi
apoderado y se que está cerrando muchas cosas. Lo que tengo por delante a corto
plazo es el festival homenaje a Luis (“Niño de Leganés”) en Badajoz y es una
tarde que me estimula mucho, torear con semejante cartel es parte del sueño
¿Que aporta Niño de Leganes como apoderado?
Profesionalidad. Él y
la gente que me rodean tienen una visión de grandeza y seriedad de esta
profesión. Me llena de orgullo beber de esas fuentes.
Que hay que cambiar de la fiesta
De lo que está en
manos de los matadores pocas cosas. Se arriman como fieras y torean muy bien.
Además ahora se están volcando con los más jóvenes para engancharlos en una
labor muy importante. Luego hay que cambiar cosas de no dependen de nosotros
como los costes, el papeleo…
Está viviendo la parte más bonita de la profesión. ¿Lo más bonito que le han dicho?
Si, preciosa. A lo
que me pregunta, me han dicho y pasado cosas muy emotivas, pero el otro día,
domingo por la noche, me encontré a Álvaro Acevedo en Olivenza, había leído la
crónica en Burladero y se lo agradecí, pero el me dijo “Gracias por alegrarme
el fin de semana” y me hizo mucha ilusión
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