La ilusión es el principio de la salvación de la fiesta brava. En época de reducciones, de pleitos en que perdemos todos, de pasos atrás en la relevancia social y pública de la tauromaquia, sólo la ilusión nos puede salvar. La ilusión por ver a hombres que están dispuestos a jugarse la vida delante de un toro aportando eternos valores morales y exigentes criterios artísticos.
En Olivenza, Cutiño ha demostrado este 2014 que se puede crecer y que se puede crecer en la dirección del futuro.Confeccionó unos carteles, dos corridas de toros y dos novilladas, de una feria que crece, que sabe aprovechar la realidad y adaptarse en su desarrollo y dirección al norte que su sentido empresarial y taurino le marcan.
Luego salió un hombre de 16 años, “el hijo del guardia”, Ginés Marín, que hizo enloquecer una plaza y se puso en boca de todo el toreo. Su triunfo de oficio aprendido, de valor sin trucos y de torería pusieron la verdad de siempre.
Doscientos kilómetros al sur, al sur del Sur, en Huelva, una plaza que es historia centenaria y una empresa que es sólo empresa, apuesta por una novillada hibernal como inicio de temporada. Tras décadas sin toros en estas fechas, tras lustros sin una novillada picada en la centenaria plaza, un nombre, David de Miranda, mueve a la empresa a dar el paso y se programa el debut con picadores de quien había levantado expectación sin escuela, sin milongas de Canal Sur y otras mamandurrias, a la forma antigua. Sus actuaciones en Huelva, Beziers, Bayona, Ronda... hacían esperarlo.
Gente en los tendidos, una novillada seria y el triunfo del que quiere ser alguien en el toreo ante dos de los novilleros líderes del escalafón en la temporada pasada. Hasta 25 matadores de toros estuvieron presentes para ver la quietud inteligente, la pureza técnica y las ganas de ser torero de David de Miranda. La expectación se confirmó y el triunfo hace que un viejo aficionado me hiciera una pregunta vieja llena de ilusiones nuevas“¿Donde torea Miranda la siguiente?”
Hace diez temporadas que no surge una figura del torero. Desde la irrupción de Alejandro Talavante, que vino al relance de Castella, Manzanares y Perera, los carteles de las feria son combinaciones de seis elementos tomados de tres en tres o de dos en dos, con escasas excepciones Son magníficos, pero hasta lo mejor cansa.
Tenemos savia joven, savia bruta, dejemos que llegue a las hojas y se elabore y alimente el viejo árbol de la tauromaquia desde sus propias rices..Seamos generosos todos. Las plazas, todas, las de pueblo con sus comisiones y ayuntamientos a la cabeza, y las de feria, pónganlos. Las figuras que miren al futuro más allá de su propio y lógico interés. Los aficionados, que se dejen ilusionar. Ahora es el momento de ponerlos, de saber esperarlos, de darles sitio en las ferias, de permitir que se cuajen y confirmen las ilusiones
Y vosotros Gines Marín y David de Miranda, cumplid con vuestra obligación de novilleros. Que cada vez que se salga de la plaza la pregunta sea “¿Donde torean Marin y Miranda la próxima?” Allí estaremos
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