miércoles, 26 de marzo de 2014

La de Prieto de la Cal en Castellón ¿Han visto estos dos señores la misma novillada?


Dice Casal en Aplausos
Mala novillada de Prieto de la Cal en Castellón. Correctos de presentación Descastada, de muy feo estilo, desarrollando genio y complicaciones. No se emplearon en ningún momento, embistiendo siempre por arriba, con las caras sueltas. No fue el mejor material para ayudar a tres jóvenes de la tierra que tiraron de la afición, que llenó la mitad del aforo de la plaza. Se frustraron los sueños y lo que pudo ser triunfal, quedó en un festejo tedioso y sin brillantez alguna.


Y Dice mulillero en su blog 

utreros veragüeños de correcta presentación y de juego variado e interesante, muy acorde a su procedencia vazqueña, pero, en general, ni novilleros ni cuadrillas supieron darle las lidias adecuadas tuvo un comportamiento variado y el denominador común fue la Casta y sobre todo, un comportamiento muy acorde a su procedencia vazqueña.



Ni las ganas de Vicente Soler fueron suficientes para levantar el vuelo de sus dos faenas con dos novillos descastados. Soler se mostró muy por encima de las condiciones del primero de la tarde, un novillo jabonero que se movió pero sin clase, de descompuesta y rebrincada embestida.
Un primer novillo muy encastado que, si bien manseó de salida, empujó en el peto y fue pronto y claro en la muleta por ambos pitones.




El segundo de la tarde, un berrendo en negro que llevó la cara alta y suelta en todo momento, sin apenas recorrido ni emplearse en ningún momento.
 El segundo, quizá fue el garbanzo negro de la novillada, un berrendo en negro que cumplió en el peto, pero que fue a menos en la muleta y acabó defendiéndose.

Un (tercer) novillo de Prieto de la Cal que tuvo calidad y embistió humillado.
El tercero fue un novillo para soñar el toreo por el lado izquierdo, embistió con calidad y nobleza por ese pitón, tuvo un comportamiento de bravo, empujando con celo en el peto y mostrándose muy noble en la muleta.


Complicado resultó el cuarto, un novillo aplomado de primeras, muy agarrado al piso y que desarrolló peligro en la muleta, donde exigió firmeza, se metió muy por los adentros sin emplearse, siempre con la cara alta y sin recorrido. Poco más que voluntad y ganas por no quedarse atrás en su tierra pudo mostrar Vicente Soler, dispuesto en los tres tercios.
El cuarto fue un utrero al que se le dio una lidia infame y, con todo, quedó con franca embestida en la muleta.

El quinto fue otro novillo imposible y descastado, que no regaló ninguna embestida franca. Anclado al piso, sin recorrido, mirando en todo momento al torero, que sabía dónde estaba.
El novillo quinto fue otro novillo de encastado juego, al que también se lidió  horrorosamente, quedó complicado en la muleta acusando la mala lidia anterior.

El que cerró plaza siguió la tónica de la novillada, descastado, desarrollando genio y complicaciones, sin emplearse en ningún momento y con feo estilo.


El sexto fue uno de los más interesantes de la novillada, no dejó de arrear hasta que murió y dejó en evidencia a los banderilleros que ni supieron lidiarlo ni mucho menos banderillearlo, por momentos cundió el pánico en el albero.

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