sábado, 23 de julio de 2011

José Ramos Huelva

De cuando ser ganadero humilde es una grandeza.
Foto El Retoñal
Anda Huelva estos días en la faena de dar dos novilladas sin picadores para que puedan torear los chavales de la provincia que tienen el sueño de ser toreros.
Ocho hombres  nos propusimos sacar esto adelante y para llevar al buen puerto el empeño distribuimos medios y funciones. Tras ceder doce ganaderos onubenses erales para los dos festejos, había una labor que no me tocaba pero que era una tentación irresistible para un enamorado y analfabeto funcional del toro como el que suscribe: la labor del “veedor”,  ir a ver los toros regalados por los criadores al campo, lo que  suponía visitar doce ganaderías de nuestra provincia en un intenso viaje a la fábrica onubense de la bravura. Ya dijo Wilde que la mejor formar de vencer una tentación era caer en ella, y allí estamos, tres días, 7 de la mañana, el jeep en la carretera y Manolo Contrerás, de conocedor al mando, en el asiento del copiloto.
La delicia de la compañía de un hombre respetado en todos los sitios bravos, la conversación amena, desde la filosofía al chiste, la delectación que supone poder disfrutar del  toro en el campo  desde la Raya, al Ándevalo. de la Campiña  la Sierra aún sin agostar y, por encima de todo, la sencilla forma de saber ejercer de anfitriones de las gentes del campo bravo onubense, hicieron de la singladura un placer para los ojos y para el alma y un favor a los gasolineros provinciales.
Señoriales cortijos nos acogieron, históricos hierros nos hicieron saborear la historia de la bravura, blasones y alcurnias supieron demostrar su añejo señorío, instalaciones modélicas nos asombraron,  doce formas diferentes de hacer la misma cosa, el placer  más íntimo del toro bravo.
De todas las visitas hubo una que por su sencillez y su idiosincrasia nos marcó de forma indeleble en ese cuarterón del alma donde queda la admiración,  la visita a José Ramos Huelva, Un sencillo ganadero de Trigueros, un hombre bueno y sencillo, con una familia sencilla y buena, trabajadores incansables, sin tópicos, de sol a luna, que explica la forma kafkiana  de programar la cita.
-         ¿Está José?
-         No.
-         Cuando podemos hablar con él
-         A la hora de almorzar
-         ¿A que hora almuerza?
-         Cuando llega de atender el ganado

Todo un tratado de como ser ganadero. La prioridad: el ganado, su cuido, la atención constante, el pastoreo y luego, ya se almorazará si se puede, o se merendará si es la hora, o se cenará si el tiempo lo permite.
También así se puede ser ganadero en esta tierra que es cuna y posada de ganaderos de tradición y de raigambre, los de Cuadri, los de Millares, los de Ortega, los de Garrido pastan o han pastado en su término.
José Ramos,  tras criarse en la Huerta de Abajo viviendo de la leche de las suizas, criar cochinos, sembrar de todo lo que crece para arriba en el campo, acabó comprando en el Pelegrin de José Ortega una punta de vacas que pastan en los pagos donde manda, Miranda, luego un semental comprado a un amigo con el mismo cuidado con el que un jefe indio elige esposo para su hija, se puede ser ganadero con una plaza rectangular, donde los tentaderos tienen el sabor de la pureza honda que marca  la distancia absoluta al boato de los sitios extraños, se puede ser ganadero lidiando poco y yendo derecho, sin aspavientos pero con el amor a la bravura que da esa palabra que sólo en estos casos tiene verdadero sentido y que es la afición.
José se puso delante de las vacas en sus años mozos,  compañero de aventuras y desventuras  del recordado Pablo Gómez Terrón, desde sus inicios entrenando en La Campana hasta en las correrías de ambos por campos, capeas y la misma vida.
Una forma de ser, un porte aristocrático reflejo de un alma noble y una cierta guasa le hacen conocido como el Marqués de Miranda, de Marqués ejerció José Ramos cuando desde Huelva Busca un Torero  se le pidió un novillo para el festejo de Paterna del Campo, el ganadero no acababa de verlo, no tenía seguridad en lo que tenía en su casa. Por nuestra parte, con la osadía que da el desconocimiento y el ansia que da resolver los problemas propios, forzamos hasta el sí, que surgió más de la natural bonhomía del personaje que de su convencimiento. Nuestra falta de escrúpulos fue más lejos y conseguimos que prestara el sobrero reglamentario para el festejo.
Los que estuvimos presentes en el coso de Paterna el pasado domingo pudimos presenciar el resultado de nuestra elección: salieron los dos animales y…José Ramos tenía razón, Huelva Busca un Torero se equivocó y se hizo daño al novillero que se puso delante, se perjudicó al propio desarrollo del evento, pero lo más grande es que se hizo sangre en el alma del ganadero generoso. De su boca no salió un quejido, Jose Ramos, que domina el cante grande podía haber entonado un vengativo fandango  o podía haber salido por peteneras, pues no,  en su innato señorío sólo acertó a entonar una solitaria y amarga soleá, de pena triste y vergüenza. Sólo su familia escuchó el silencio de su dolor.
La Vergüenza suya es nuestra vergüenza, la vergüenza torera de un ganadero que es ejemplo de muchas cosas para muchos ganaderos, pero principalmente  para muchos hombres.
Los errores, las consecuencias y el mal rato deben ser exclusivamente de la organización de Huelva Busca un Torero, el orgullo de ir por la vida como un marqués es sólo de José Ramos Huelva, un SEÑOR del campo bravo.

1 comentario:

MARIN dijo...

Pues no se puede decir mas verdad sobre José que la que has dicho aqui Javier. Es un hombre muy humilde pereo muy grande. Quizás sea de las personas a las que, personalmente, mas tenga que agradecer.
Hace un par de años que le deje en El Retoñal algo que necesariamente tenia que decirle. Te dejo el enlace por si te interesa.

http://marin-lastmohican.blogspot.com/2009/07/con-la-humildad-por-bandera.html

Un saludo.

Haciendo hilo

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