El banderillero: “gracias a todos por todo”
La Huelva torera y taurina se conmocionó la tarde noche del pasado domingo cuando los teletipos, las radios, los sms, las páginas webs y blogs taurinos se hacían eco de la noticia trágica, el banderillero onubense, con raíces en la vecina localidad pacense de Higuera la Real, Jesús Márquez se debatía entre la vida y la muerte. Mientras toreaba a las ordenes del novillero portugués Nuno Casquinha y
tras parear al quinto de la tarde, un novillo de Gabriel Rojas, el burel le había prendido de fea manera por el muslo derecho. La femoral está rota por el peor sitio y el hombre se desangra.
Brutales las imágenes que pronto circulan por Internet, ¡que trágica velocidad la de la red de redes! El onubense, tras ser lanzado al aire por el toro se levanta por su propio píe y corre buscando la enfermería salvadora donde sabe a esos ángeles de la guarda que son el equipo médico de la Maestranza. Cada paso supone un borbotón de sangre, la vida se escapa a impulsos del corazón por el boquete abierto en el triángulo de Scarpa del bravo hombre del toro que acaba cayendo desmayado en brazos de sus compañeros, que lo recogen en el último suspiro y lo dejan en una camilla que lo llevará a la enfermería de la plaza. El Doctor Ramón Vila cuenta que Jesús, llega casi sin sangre, vacío, que la muerte rondó por la enfermería, donde ya yacía, el novillero Antonio Jesús Spaliu, operándose en esos momentos de una terrible cogida en la axila, afortunadamente sin afectar a la cavidad torácica.
Las manos milagrosas del equipo médico de la Maestranza con el cirujano cardiovascular doctor Font como principal artífice, contuvieron la hemorragia, estabilizaron el riego y realizaron un injerto para recomponer la femoral.
Muy entrada la madrugada, con el banderillero trasladado a la clínica del Sagardo Corazón. llegan noticias, esperanzadoras por un lado, que hablan de estabilidad, y dramáticas por otro, cuando explican el alcance de la cornada, no tan grande como certera y eficaz en su letal intención. En la mañana el doctor Vila nos indica que Jesús puede pasar a planta a lo largo del día, que el torero ha hablado con sus padres, que todo indica normalidad en la feliz recuperación.
Con miedo marcamos el teléfono de Jesús Márquez, nos responde la voz del mozo de espadas del novillero portugués Nuno Casquinha, y el teléfono pasa a manos de la madre del banderillero, que sólo quiere decir, con su hijo al lado dictando, que pensó que se iba, que se encuentra agotado pero ilusionado en la recuperación, que su estado tras la larga noche ha sido, es, milagroso, que incluso a mediodía ha comido un filete y ha merendado con normalidad, que mañana será trasladado a planta y que el que la cornada se haya producido en la Maestranza y la actuación del equipo médico han sido factores básicos para salvar la vida.
Jesús Márquez fue alumno destacado de la escuela taurina onubense, participante en la última final de promoción organizada por esta corporación. Miembro de las últimas promociones de esta institución, tristemente desaparecida ante la inoperancia de muchos. Ya sufrió hace más de una década un tremendo susto en la plaza de toros de Écija cuando en una novillada fue cogido y volteado por el novillo. Tras caer al albero de la plaza astigitana se produjo un episodio de convulsiones que asustó en grado sumo a todos los presentes. Se recupero en la misma Clínica del Sagrado Corazón de la capital hispalense donde hoy se encuentra ingresado.
De otra raza no se si serán los toreros pero recios y duros como un alcornoque, seguro que si.
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