Sentí una mano, mire al chaval, y ¡¡Era mi Hijo!!. Espartaco Pinzoniana
Cultoro " Hubo un momento en el que toqué la mano de un chaval al salir a hombros, y cuando le clavé los ojos, era mi hijo. Creía que era algún chavalín de la Escuela, pero se me removió todo viéndolo a él". Gilberto estaba allí. Los demás copian
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