Pereda triunfa con el lote de la tarde, José Tomás prueba su propia medicina y no triunfa en clamor pese a una labor de mucho merito.
José Tomás prueba su propia medicina y no triunfa en clamor pese a una labor de mucho merito.
Lleno de no hay billetes sin locuras, tarde fresca y con amenaza de lluvía que no se cumplió. Seis toros guapos, bonitos diría un profesional, de Núñez del Cuvillo, en general no nos gustó el juego salvo el tercero.Segundo se dejo a medio viaje, el sexto sirivió para cercanias. El Fandi de nazareno y oro Una oreja y ovación tras dos avisos, José Tomás de malva y oro dos orejas y ovación tras aviso y Miguel Ángel Perera de salmón y oro remates en negro,cuatro orejas y rabo ante unos Cuvillos a medio gas
Y llegó el día y se confirmó que la romeria móvil tomista es distinta en su público y en sus formas a la oliventina, en su conceptos, en sus filias y en sus fobias. Olivenza se llenó como siempre, con el público de siempre y veinte tomistas de la romería por la piel de toro.
A partir de ahí y tras ver el excelente estado del ruedo gracias al curro del personal de plaza hasta altas horas de la madrugada y a la lona, la cumbre la marcó Perera en su primer toro, tercero de la tarde, en una faena por ambos pitones, variada y honda, empezada con el clásico pase cambiado, circulares, circulares inversos, hubo un cambio de manos de mucho peso y tremenda torería, una labor de peso y de mucha firmeza y verdad refrendada con un estoconazo a la altura de la magnífica faena.
En el sexto, todo fue menos, marcando a pesar de ello una buena faena iniciada con diez muletazos sin perder el sitio, con más encimismo cuando el toro se rajaba, robando los naturales, abrochando las series con mucho gusto y acabando con unas temerarias bernardinas de mucha llegada.
José Tomás jugaba en campo ajeno, la romería tomista, movible y de tres años de solera chocó con la oliventina, acrisolada en estos veinte años de cutiñismo, en su primera faena se le respetó, sus conceptos sn los mismos, sus terrenos idénticos pero saca los engaños con más técnica y eso resta emoción, o quizá no era la tarde, o no era el público, o puede que no fuera el sitio o... ¡yo que se! pero aquello nunca rompió en el fervor tomista de otras plazas. El tercero fue un toro tramposo y el de Galapagar se gustó por fases pero nunca se rompió, lo cazó al paso y la estocada fue efectiva. Ante el mansurrón y rajado quinto se empeñó y se la jugó en una faena de mucho riesgo pero sin transmisión, o sin respuesta desde el tendido muy extremeño, el toro se defendía tras una tremenda costalada a mitad de faena, nunca sonó la música y la espada cayo muy baja. Para corroborar lo que digo del pererismo o el casi antitomismo de la plaza de piedra hispanolusa, el mulato fue aplaudido en el arrastre tras una farsa de muerte brava.
De Prados no se puede hablar sin mencionar las palabras profesionalidad, amor propio, raza, ganas de agradar. En el jabonero primero cortó una oreja tras una interesante labor pese a la debilidad del cuvillo. En el segundo de su lote. tras una intermitente faena, se ovacionó su largo trasteo tras una estocada defectuosa al coloraito ojo de perdíz.
Perera ganó en la batalla de los oles y también en la de los uys. La guerra en todo caso continua
1 comentario:
Y comentan que el arcángel de la puebla no se los deja detrás?
Maciza la foto del Fundi.
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