El Cid y Luque se estrellan ante la sosería de una corrida
de excelente presentación.
Partamos de una base, juzgar una corrida de Victorino Martín
no es tarea fácil, cualquier cosa que hagan los toreros tiene un factor
corrector del ciento por cien.
Luego si quieren decimos que no se comieron a nadie los Victorinos,
no se comieron a Cid ni a Luque por que no se dejaron. Una corrida muy sosa, de
peligro sordo y de la que sólo cabe destacar su buena presentación, mejor que
la de los últimos años en Sevilla del criador de Galapagar y un quinto toro que
regaló veinte embestidas que supo encauzar El Cid, un experto en este encaste
singular al que lo vimos muy entonado de ánimo y en muy buena forma física.
No nos gusta, advertimos estos manos a manos en son de paz,
de dos toreros que ná se debe y ná se pidén, una corrida de toreros paralelos,
fríos y sin rivalidad ni competencia. En momentos procesales distintos y sin
guerras que solventar.
Luego sale el toro, y el toro es soso, con peligro sordo,
sin entrega ni humillación, sale el Victorino que sólo mete miedo al que se pone
delante, que las pasa canutas pero no llega al tendido. Maestro el Cid, robando
en cada toro las embestidas que tenían, incluso cuajando al quinto con series
por ambos pitones de importancia. Una pena el fallo a espadas por que la oreja
hubiera sido merecida. Excelente la actitud y predisposición toda la tarde. Al
primero pegajoso y gazapón y al tercero les cuajo faenas de mucho toque y siempre con la muleta a la búsqueda
del morro del burel.
Luque con su lote ha estado ahí, intentando torear a los
albaserradas como si fueran toros al uso. Con su concepto de toreo poderoso,
queriendo cuajarlos con su bien manejado capote. Reto que logró en el cuarto
con alta nota, con la muleta el asunto fue distinto, no hubo posibilidad, su
muleta no enganchaba las embestidas de cara suelta y peligro de los cárdenos. Una
colada en su primero le impidió el logro y luego toda la tarde un intento
infructuoso. Bien el matador de gerena en su actitud ante la primera victorinada
de su carrera.
Las cuadrillas bien, destar a Toal y Alonso con la garrocha
y a Curro Robles y Neiro con los palos.
Acabamos como empezamos, que difícil es torear una de
Victorino, aunque parezca tonta
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