DONDE ESTE UN SIMPLE CONTRATO QUE QUITE UN GRAN APRETÓN DE MANOS

Nos manda Juan Estebán para su publicación
DONDE ESTE UN SIMPLE CONTRATO QUE SE QUITE UN GRAN APRETON DE MANOS

Señores: Entre la elección de ganaderías por parte de las figuras, la de compañeros para el cartel,
veedores, ciertos ganaderos, algunos empresarios, el mundo del toro se desmorona y esto ya hace tiempo que lo sabemos.

No hace mucho, la palabra de empresarios, toreros, ganaderos, era el contrato. Simplemente, con un apretón de manos era más que suficiente, pero los tiempos cambian y hoy en día, donde dije: digo, digo Diego. Lo que no esta escrito y firmado: mal asunto.

Antiguamente, el que una persona respetase su palabra, era signo de seriedad y honradez, por parte de los demás. Hoy en día, eso no tiene valor ninguno.

Emilio, lo siento, te tocó. Te tocó sufrir en tus carnes la desaparición de ese valor ético y moral por el cual se regía antes el ser humano y que hoy día se ha perdido, al igual, que la educación y el respeto hacia los demás.

El pasado año, entraste, después de muchos avatares, en los carteles de Las Colombinas. Feria de esa Huelva, la cual te vio nacer y crecer en el Barrio del Molino. Con tu incorporación en el cartel se daba por cumplida la petición de tantos aficionados de Huelva, los cuales desde hace mucho tiempo pedían que, al menos, entrase un torero de la tierra en la feria.

Te colocaron en un cartel de lujo, de ensueño, para cualquier torero tanto local como foráneo.Toros de Núñez del Cuvillo para los matadores: Emilio Silvera, JoséTomas y Manuel Jesús el Cid. Y que sucedió. Pues, lo que tenía que suceder. Después de mucho tiempo, sin matar una corrida de toros,

Emilio Silvera, torero de Huelva; en su tierra; en su casa, ante su publico, su afición, sus familiares y amigos, realizó en conjunto, unas de las mejores faenas de las pasada Colombinas. Sin desentonar para nada ante los dos compañeros de terna, y sobre todo teniendo en cuenta, que uno era un grandísimo torero, perteneciente al grupo especial de matadores y el otro está considerado como el rey de reyes.

Pena de la maldita espada, el triunfador de la feria hubieras sido tú. Aún así, el respetable lo entendió y saliste a hombros junto a tus dos compañeros.

Este año, se anuncia nuevamente a José Tomas y se anuncia tu asistencia también, en el mismo cartel. ¡Estupendo! de nuevo en tu plaza. La empresa pone a un torero de Huelva ¡Bien! Los aficionados contentos. Además, se hace justicia por tu triunfo del pasado año. Tú vuelves a ilusionarte. Entrenas concienzudamente en tientas, matando toros a puerta cerrada, pero, el destino le jugó una mala pasada al de Galapagar al tener un gravísimo percance en la plaza de Aguascalientes, en Méjico, tenido que cortar la temporada para llevar a cabo su recuperación.

Se acabó la venida a Huelva de José Tomas; se acabó el torero de Huelva que pide el aficionado; no sirve para nada el triunfo del pasado año; no se tiene en cuenta el sacrificio de una persona; no se tiene en cuenta que el pasado año toreros, de los que regresan este año para Colombinas, no estuvieron a tu altura, y lo que decía al principio, no se respeta la palabra.

Emilio, apreciado y querido Emilio: que esto no te desanime. La afición de Huelva está contigo. Ahora, la afición de esa Huelva, la que te vio recer como persona y como torero, debe apoyarte y reclamarte.

La próxima vez un mal contrato mejor que un buen apretón de manos.