José Luís Pereda recibe el homenaje más íntimo de la ciudad de Huelva. Se descubrió en La Merced un busto obra del artista rocianero Elias Picón.
José Luís pereda es un hombre recio, de los que se han criado en el andévalo zalameño rompiendo tierras, además se educó en colegio de jesuitas de oración, disciplina y apertura de mente, no es un niño, él dice como trampa que es un viejo, pues este hombre duro, curtido y triunfador no pudo menos que emocionarse y mucho anoche cuando en “su” plaza, sus gentes, sus amigos, su familia, las fuerzas vivas de la sociedad onubense y la afición al toro le rindió un homenaje no por merecido esperado por el protagonista.
Todo se preparó con sigilo por parte de los organizadores, su familia, hijos y yernos al unísono, decidieron que este año del vigésimo aniversario era el momento de decir cosas de esas que en el día a día no se encuentra tiempo para decir, ya saben lo que pasa con lo importante, que pierde pie por lo urgente. Decidieron hacerlo públicamente y convocaron, con secreto en la cita, con la excusa de una exposición de fotografías de la plaza, a los que saben que han estado siempre al lado de José Luís, Marín Rite, alcalde por aquellos primeros ochenta, Marquínez, arquitecto de la obra, Litri que respaldó el proycto con su presencia el día de la reinauguración Manolín, Cutiño…. En fin el grupo de cercanos que supieron. si no creerse, al menos dejarle hacer en su locura aparente de visionario.
En una breve alocución Paco Guerrero dio las gracias al empresario por su apuesta de hace ya veinticinco años y gracias a la cual hay toros en Huelva y se celebran en una plaza que es parte de la historia de tres siglos de la vieja Onuba, no pudo menos Guerrero que recordar el magnífico pregón de Manuel Jesús Montes del día de ayer, donde la plaza de la Merced se erigió en protagonista necesario de la noche.
El alcalde de Huelva rememoró sus tiempos de periodista y mencionó con cariño su primera entrevista a aquel gerente de SEAT en Huelva que le trasmitió su proactividad, y en palabras de Rodríguez, la certeza que era un hombre que podía hacer que las cosas sucediesen si quería que sucediesen.
Entre los asistentes, Miguel Ángel Perera, Emilio Silvera, José Antonio Campuzano, Jose Luís y su hijo Guillermo García Palacios, Pirfo, Domingo Prieto…. Gentes del toro y de la vida de Pereda.
La noche era íntima, la sorpresa del homenajeado fue mayúscula, sus miradas a los más próximos, su nieto su esposa, sus hijas delataban su estado. Nunca le han dado miedo los micrófonos a Pereda, creo que pocas cosas le den miedo este hombre, ayer lo tomo con pulso firme, agradeció a todo la posibilidad que le dieron de engendrar este sexto hijo, hija por bien decir, otra vez el pregón de ayer se hizo presente, este pregón va a ser una referencia obligada muchas veces en los próximos tiempos, pues que mayor orgullo para un padre que a su hija la titulen princesa, cual hizo ayer Montes un millón de veces.
Entonces llegó el petardo de la noche, Pereda afirma en su discurso al recuperar el viejo coso de la Vega Larga, en lugar de rehabilitar el nuevo o erigir uno de nueva planta en la entonces incipiente avenida de Andalucía, su ilusión, motivación última era arrancar lágrimas de los choqueros viejos, de los que habían visto una parte de su historia taurina en esa plaza y al final, el cazador cazado, las irreprimibles lagrimas del hombre duro, de aquel zalameño recio pusieron broche a un emotivo acto que hace un poco de la justicia que se merece un hombre valiente.
José Luís pereda es un hombre recio, de los que se han criado en el andévalo zalameño rompiendo tierras, además se educó en colegio de jesuitas de oración, disciplina y apertura de mente, no es un niño, él dice como trampa que es un viejo, pues este hombre duro, curtido y triunfador no pudo menos que emocionarse y mucho anoche cuando en “su” plaza, sus gentes, sus amigos, su familia, las fuerzas vivas de la sociedad onubense y la afición al toro le rindió un homenaje no por merecido esperado por el protagonista.
Todo se preparó con sigilo por parte de los organizadores, su familia, hijos y yernos al unísono, decidieron que este año del vigésimo aniversario era el momento de decir cosas de esas que en el día a día no se encuentra tiempo para decir, ya saben lo que pasa con lo importante, que pierde pie por lo urgente. Decidieron hacerlo públicamente y convocaron, con secreto en la cita, con la excusa de una exposición de fotografías de la plaza, a los que saben que han estado siempre al lado de José Luís, Marín Rite, alcalde por aquellos primeros ochenta, Marquínez, arquitecto de la obra, Litri que respaldó el proycto con su presencia el día de la reinauguración Manolín, Cutiño…. En fin el grupo de cercanos que supieron. si no creerse, al menos dejarle hacer en su locura aparente de visionario.
En una breve alocución Paco Guerrero dio las gracias al empresario por su apuesta de hace ya veinticinco años y gracias a la cual hay toros en Huelva y se celebran en una plaza que es parte de la historia de tres siglos de la vieja Onuba, no pudo menos Guerrero que recordar el magnífico pregón de Manuel Jesús Montes del día de ayer, donde la plaza de la Merced se erigió en protagonista necesario de la noche.
El alcalde de Huelva rememoró sus tiempos de periodista y mencionó con cariño su primera entrevista a aquel gerente de SEAT en Huelva que le trasmitió su proactividad, y en palabras de Rodríguez, la certeza que era un hombre que podía hacer que las cosas sucediesen si quería que sucediesen.
Entre los asistentes, Miguel Ángel Perera, Emilio Silvera, José Antonio Campuzano, Jose Luís y su hijo Guillermo García Palacios, Pirfo, Domingo Prieto…. Gentes del toro y de la vida de Pereda.
La noche era íntima, la sorpresa del homenajeado fue mayúscula, sus miradas a los más próximos, su nieto su esposa, sus hijas delataban su estado. Nunca le han dado miedo los micrófonos a Pereda, creo que pocas cosas le den miedo este hombre, ayer lo tomo con pulso firme, agradeció a todo la posibilidad que le dieron de engendrar este sexto hijo, hija por bien decir, otra vez el pregón de ayer se hizo presente, este pregón va a ser una referencia obligada muchas veces en los próximos tiempos, pues que mayor orgullo para un padre que a su hija la titulen princesa, cual hizo ayer Montes un millón de veces.
Entonces llegó el petardo de la noche, Pereda afirma en su discurso al recuperar el viejo coso de la Vega Larga, en lugar de rehabilitar el nuevo o erigir uno de nueva planta en la entonces incipiente avenida de Andalucía, su ilusión, motivación última era arrancar lágrimas de los choqueros viejos, de los que habían visto una parte de su historia taurina en esa plaza y al final, el cazador cazado, las irreprimibles lagrimas del hombre duro, de aquel zalameño recio pusieron broche a un emotivo acto que hace un poco de la justicia que se merece un hombre valiente.
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