domingo, 26 de diciembre de 2010

"El Cordobés es más animal incluso que los propios toros"

Debe ser un piropo para el Benítez del bueno de Lapierre en la reedición de "...O llevaras luto por mi"

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Rosana Pajarón
Su obra vuelve a reeditarse sin censura. - J.M. Cabrera

Hay que escucharle hablar para averiguar que es francés. Por lo demás, Dominique Lapierre (La Rochelle, Francia 1931) rezuma alegría y el desparpajo más andaluz. Planeta ha vuelto a editar su censurada obra ...O llevarás luto por mí, escrita en 1967 junto al que consideró su "hermano literario", el estadounidense Larry Collins, fallecido en 2005. Aunque, en lugar de reedición, prefiere pensar que "por fin sale a la luz lo que pasó España durante la posguerra".
La novela de Lapierre y Collins se centra en la posguerra española a través de la historia de un protagonista que nunca ha pasado desapercibido: el torero Manuel Benítez El Cordobés. "Llegó con sus pelos largos y su manera loca de torear... Fue una ventana a la esperanza de un nuevo país", explica el escritor.
Centrado en los años 60, el libro relata la vida de Manuel Benítez, de cómo pasó de la miseria y el hambre en Palma de Río (Córdoba), su pueblo natal, al éxito absoluto en España y parte del extranjero. "No me interesaba saber si fue un buen o mal torero, clásico o no, lo importante es que escogió un camino real para salir de la miseria", aclara. "Lo que pasó en Palma del río fue un símbolo de lo que había pasado en toda España".
A Manuel Benítez debe lo que conoce del castellano, que habla con bastante fluidez. "El Cordobés fue mi universidad de español, aunque era un profesor poco ortodoxo", confiesa el escritor, que compartió vida con el torero desde 1958 hasta 1960, junto a su compañero Collins.
Además de tener un acento inteligible para el francés, Lapierre recuerda que el torero era una persona "muy imprevisible". "Hablábamos y en cinco minutos desaparecía. Al día siguiente estaba en una corrida de toros en Caracas", recuerda. El Cordobés fue el primer torero de la televisión. "Cuando se difundía una corrida de toros suya, el país se paralizaba", cuenta el escritor.
En una España de peineta y capote, no es difícil describir el sentimiento al ponerse delante de un toro. Pero para unos extranjeros como Lapierre y Collins, la tarea se presentaba ardua y sólo había una manera de hacerlo: "Como éramos escritores escrupulosos, decidimos que uno de nosotros tenía que ponerse delante de un toro. Lanzamos una moneda al aire y la mala suerte cayó sobre Collins", cuenta con una sonrisa pícara. Tras soltar en el ruedo un "becerrito del tamaño de un caniche", Collins salió corriendo despavorido.
En las preguntas que ambos escritores hacían a El Cordobés sobre esa sensación, se dieron cuenta de que "no conocía el miedo. Manuel Benítez era más animal que los propios toros".
El autor de otros best-sellers como Esta noche, la libertad  o El quinto jinete cree que esta novela es necesaria para las nuevas generaciones, para descubrir "qué pasó en la guerra y en la posguerra a través del destino de un español que salió de su miseria".
Enamorado confeso de España, presume de ser el único extranjero que ha realizado en cuatro ocasiones el camino de El Rocío a caballo. Un retrato de nuestra posguerra en el libro "más cariñoso" del tándem Lapierre-Collins.

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