Los adolfos pasaron por Valverde

-------------------------- Fotos manisfiesto Gilberto  ---------------------

Valverde y Pérez Mota a Hombros.
Los adolfos debutan en Valverde con más dulzura que picante.

Tarde de agradable temperatura media plaza larga. Segunda de la feria de Valverde del Camino. Seis toros de Adolfo Martín de excelente presentación, nobles y potables, aplaudidos de salida y en el arrastre. Fernando Robleño de azul pavo y oro, saludos tras aviso y ovación. Javier Valverde de celeste y oro, oreja y oreja. Manuel Jesús Pérez Mota de turquesa y oro oreja y oreja.

 

No era tan fiero el león como lo pintaban, los adolfos venían precedidos de la justa fama de fieros de los Saltillo, los hermanos de sangre de los Victorinos no han venido a Valverde a comerse a los toreros vivos. Todos han tenido faena,todos han servido con la muleta, todos han tenido más nobleza que maldad. Recuerden aquella fabula de Samaniego del cordero bravo y el lobo manso.

 

Los toreros bien, por el hecho de anunciarse con esta corrida en la plaza de Valverde del Camino el día más taurino del año ya nos tienen en su bando.Este pobrecito hablador y contador de toros se queda, será por el eterno romántico que llevo dentro, con el perdedor de la tarde que se llevó el toro más Albaserrada, el más tobillero, bien el torero en poderoso, firme, sin afligirse, alargó por hombría la faena y eso complica las cosas ante toros de este encaste, que por mucha nobleza que aparenten siempre aprenden y se quedan con la copla, faenas de series cortas por ambos pitones, toreo fundamental, y a por la espada, Robleño no lo hizo así, salio prendido después de entrar a matar y luego fue un suplicio el verdugillo donde perdió el trofeo. En el cuarto, descarado de pitones bizco del izquierdo, un pavo que recibió dos puyas y se rompió en la muleta cuando después de sobarlo el madrileño lo obligó sometiéndolo. Bravura noble, sosita, la música callada ¿porqué?, el hombre lo saco a los medios y se fajó con el morlaco. Otra vez mal con la espada. Una lástima.

 

Javier Valverde es un torero hecho en corridas duras, honrado, cabal, una carrera plagada de cogidas y percances, un tío honrado pero… sí, un pero, matar las corridas duras es de hombres recios, de toreros honrados, pero no en el caballo, hay que someter a los toros sin haberlos masacrado, eso es ventajismo, desde el respeto al que se pone delante del toro, ¡sí no señor Valverde!. Con torería y garbo sacó a encastado toro desde las tablas al platillo por el pitón derecho, a la larga el potable, por el soso izquierdo apenas obtuvo lucimiento, recetó una buena estocada que le valió la primera oreja de la tarde.

 

No piensen que cuando hablamos de buena presentación queremos decir kilos donde no se deben, los toros venían en tipo, cárdenos guapos, sin morrillo, lambernos. El quinto de la tarde fue muy picado y mal¿nadie se atreve a ponerlos largos,sacarlos y volverlos a poner para ver su condición? , causo pavor en los hombres de plata y resulto sosito, poco franco, opinamos que por el exceso de castigo, otra vez bien el salmantino, enfadándose, aguantando las poco francas embestidas del toro, medio viaje, no lo buscaba en su nobleza pero se quedaba sin pasar. Estoconazo de premio grande, hasta la empuñadura, en sus sitio y de haciendo la suerte de verdad, una oreja le concedió la presidencia con petición muy fuerte.

Pérez Mota no está acostumbrado a matar ganado de estos encastes “duros”, echó por delante un cinqueño ¿a quien se le ocurrió? Lo dejo casi sin picar ¿de quien fue la idea? En banderillas la cuadrilla no quiso verlo, ¿ de quien es la culpa? Luego el del Bosque cimentó la faena por el derecho, sin confiarse, sin pedir ni dar, se decía antes que “anduvo por allí” no se quitó no le faltó nada, no le sobró nada pero tuvo poco sabor. Cortó un oreja. En el sexto muy probón, muy picado, con un buen par de banderillas de Agustín González, reservón el toro y ahora el torero queriendo, poco entendimiento en una faena que culminó una estocada caída que le valió la cuarta y última oreja del festejo.

 

Hablando de orejas, tirón de orejas para la banda, suena cuando quiere, calla cuando no debe, los músicos andan pululando por las gradas, no solo es sonar bien, que suena, hay que ser más torea.