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Buenas Noches. Hoy estoy aquí para presentar al
pregonero de las Colombinas 2014. Un honor, un honor grande porque es un honor
para quien es pequeño presentar a quien es grande, un honor por que es un honor que Carlos
Crivell este en nuestra trinchera y sea de los que da el paso y enseña el pecho
para chulear de taurinismo y un honor, por que es un honor grande para le gente del toro que desde hace un
cuarto de siglo, las fiestas mayores de nuestra
ciudad se inicien con un pregón taurino.
Los toros de esta forma imprimen carácter a una
ciudad, dan sentido, anclaje en el pasado y visión de
futuro a Las Colombinas, cuyos ancestros, más allá de representar la singladura
heroica camino de las indias de los marineros de la tierra, en los barcos de la
tierra, con las verdades sabidas por los viejos de la mar de esta tierra, con el almirante valiente al mando. Más allá
de representar el deseo de diversión y solaz de un pueblo sencillo y noble, más
allá de lo somero, las Colombinas, la
vida en Huelva, es el afán indeleble de un pueblo por encontrarse consigo y sólo a través de la
manifestación cultural más pura y genuina como es la fiesta brava se puede dar
sentido a esa búsqueda eterna.
Enhorabuena tertulia cultural Miguel Baéz, Litri
y ayuntamiento por vuestra elección, Es Carlos Crivell un pregonero oportuno,
sabio, cercano, con perspectiva. Si, ya se que os habrá criticado algún
lugareño obtuso por elegir a un
“miarma”, ya saben, la forma en que se
ha dado en llamar a los oriundos de esa tierra hermana de Sevilla.
Hace tiempo tenía unos amigos a los que en
Córdoba se presentaba en las reuniones con una frase lapidaria
“Este es mengano, es sevillano… pero es muy buen
gente”
Pues sin el “pero” del retintín. Aquí tenemos a
Carlos Crivell
Charneco un sevillano del barrio
de Carretería, taurino, cofrade y buena gente, treinta colombinas lo
contemplan.
Uno de los proyectos taurinos que cada año
absorbe el tiempo taruino de Carlos es
la edición de el anuario Maestranza, un resumen de la temporada, patrocinado
por Caja Rural del Sur, que nació en
1998 como su título parece indicar, para glosar lo acontecido en la temporada
de la Real Maestranza
de Caballería de Sevilla Pues en ese
anuario poco a poco ha ido incluyendo plazas y festejos de la Andalucía Occidental
empezando como no podía ser menos por lo que sucede en esa Princesa, como
bautizo el pregonero Manuel Jesús Montes, La Merced en Huelva en Colombinas, feria que viene
cubriendo Crivell sin interrupción desde a reinauguración de la vieja Plaza tal
día como del año 84. Treinta años no es nada
Carlos Crivell escribe desde hace tiempo en un
periódico, ha pasado por Diario de Sevilla, Diario 16 Abc desde una década lo
hace en El Mundo. Habla y ha hablado en radio, COPE, ONDA CERO, Es-radio en la
actualidad, edita desde los albores de la red de redes su propio portal taurino
en internet, Sevilla Toro, Ha dirigido y presentado un programa de televisión
en Onda Giralda. Pero no es periodista. Al menos no es periodista de carrera,
aunque a ver quien me niega que lo es de
oficio, sentimiento y de vocación.
Juan Luis del Serranito canta una copla dedicada
a esos médicos que según Juncal su única razón para estudiar medicina es “para
curar a los toreros” que tengo metida en
la cabeza por alguna extraña razón y que reza
Médicos de profesión
taurinos por vocación
Pues Don Carlos Crivell Charneco es médico de
profesión, médico de aparato digestivo, y sigue con esa vieja tradición de unir
las pasiones por la medicina y tauromaquia en un solo corazón y unas solas
manos, las mismas que sirven para curar, las mismas que sirven para escribir de
tauromaquia, esa vieja ciencia ibérica
que es una continua cura de humildad, como la medicina, como la vida. Famosos
médicos ha tenido la historia apasionados del toro y de sus artes, médicos que
ejercen de revisteros taurinos, como en la actualidad lo hacen Fernando Claramunt,
Rafael Cabrera o el propio Crivell.
O como un viejo médico griego por buen nombre
Hipocrates que yo creo que hablada del oficio de escribidor de toros cuando
dijo aquello de
“La vida es breve; el arte largo; la ocasión
fugaz; la experiencia engañosa; y el juicio difícil”
Para escribir de toros, más allá del siempre
beneficioso paso por una universidad, diría yo que hacen falta un manojo de cualidades: conocimiento,
criterio, pasión y literatura.
Conocimiento lo tiene Carlos desde que
acompañaba a su padre de la mano a la plaza de toros en esos años en que las
cosas se aprenden por osmosis y tradición. No todo el que va mucho a los toros
sabe de toros, como me dijo Pablo Lozano “esto del toro o te entra en la cabeza
un día, o te llevas toda la vida y no te enteras”. Pues a Carlos Crivell le
entró y por eso es una referencia que al aficionado y al profesional le hacen
leer su crónica para saber que ha pasado “De verdad” en la plaza
El criterio que es esa virtud que está preñada
de discernimiento e independecnia, esa capacidad para distinguir lo bueno de lo
mejor, lo verdadero de lo impostado, el arte del oficio y lo grande de lo
mediano, sin nada que te condicione. Ahí es donde Crivell basa sus faenas
periodísticas, en saber medir desde el tapio del toro a la actitud del torero
en función de lo que tiene delante, la plaza donde se torea y las estructuras
de las faenas
Conocimiento, si, criterio, también pero y ¿La pasión? Me dijo Víctor Mendes que el toro
es una “pasión apasionada” La pasión en alguien que escribe de toro es cardinal,
pero debe ser siempre una pasión medida, tamizada, que no impida ver la
realidad ni atropellar la razón al contar lo sucedido. De esta pasión Carlos
Crivell ha dado muestras en los palcos de prensa en alguna ocasión. Todos
recordamos haberlo visto tirar su cuaderno de notas durante una faena y
exclamar “Eso es torear”. Pero su pasión siempre ha sido medida, yo al menos no
lo he visto aún tirar el ordenador portátil en semejantes ocasiones, aunque
todo se andará. Cuestión de apasionarse
Y por último, para escribir el instrumento es la
literatura, que es el arte de trenzar palabras para explicar hechos,
sentimientos y sensaciones. Carlos Crivell lo lleva haciendo de forma magistral,
directa, por derecho y sin circunloquios desde hace cuatro décadas. Sin embargo
el día que su literatura más me sedujo no fue un día hablando de toros, ni
hablando de semana Santa, su otra pasión. Como a los viejos rockeros que
triunfan con las baladas, el duro periodista Carlos Crivell me emocionó el día
en que le leí un artículo que contaba la peripecia vital de su madre, nacida en la dureza de Mina de la Concepción e inmigrante
interior en la Sevilla
de la postguerra.
Os recuerdo un párrafo
“Ha muerto una
mujer valiente”. Decía, “Lo fue en su infancia en las minas de Huelva, allá por
los años 30 del pasado siglo, cuando la necesidad era acuciante y las ganas de
comer se saciaban con un mendrugo de pan y un trozo de tocino. Fue valiente
cuando con apenas 12 años vivió el horror de una guerra que le rompió la vida a
jirones. Su madre cometió el gravísimo pecado de acercar algo de comida a su
marido, resguardado de quienes le buscaban porque era un simple
trabajador que defendía los derechos de los suyos frente a los que
mandaban. La madre de esa mujer valiente que nos ha dejado no pudo ni dar una
explicación al ser sorprendida. Fue rematada de forma cruel en la misma vereda
por la que caminaba para llevarle pan a los hambrientos”
Para ser
periodista uno debe antes ser aficionado. Pero antes que nada uno debe
ser persona y buena persona. Quien honra a sus mayores de esta forma siempre
tendrá el beneficio de la bonhomía.
Bueno Carlos.
Llegó el momento, aunque por cuestión de experiencia me parece que aquí
los nervios venían más de mi parte que de la tuya.
Como dijo un viejo
torero con ocasión de una ceremonia
Carlos, Estás en Huelva, la gente te espera, ha
venido a oírte torear y a verte salir por la puerta grande.
Tuyo es el toro de la palabra, Suerte
Y a ustedes, hay tenéis al pregonero, es un buen
pregonero
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