Foto deltoralinfinito |
Pues no, no está loco, o al menos no lo está por está razón, el brillante periodista que se encerró el pasado viernes en el auditorio fuenlabreño, bautizado con el nombre de Tomás y Valiente, cuyo solo nombre me encorajina en estos días de falaces paces y martingalas.
Pues en Fuenlabrada, su pueblo, se las vio Paco con un Miura, un Victorino, un Prieto de la Cal y un Partido de Resina y la tarde noche rompe en bueno, tras inicio folclórico y racial, con éxito de critica y público, quedaron definidas las líneas maestras de una forma distinta de entender la fiesta, quizá imposible, la de estos ganaderos de toros del XIX que pretender sobrevivir en el XXI y una forma culta y admirable de entender la verdad y el periodismo la de Paco Aguado. Tarde de las que hacen afición, nos cuentan
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