Las Colombinas del 25º aniversario ya tienen nombres
El runrún viene de largo. El invierno ha sido un hervidero de rumores. Era sabido que la casa Pereda pretendía unas Colombinas de tronío. Tenía las armas: una plaza coqueta, una fecha que los apoderados guardan en sus agendas, un público fiel, un entorno gastronómico y lúdico de ensueño, algo que celebrar y las ganas de hacerlo bien. Pues a fe que con semejante rebujo de buenos ingredientes les ha salido una gran feria que luce con luz propia sobre los carteles que, a partir de hoy, engalanaran la ciudad y sus alrededores.
El endogámico mundo del toro lo murmuraba, salían nombres que eran sueños, se confirmaba casi a al azar tal o cual torero, se caían otros, las ganaderías ya avisó la empresa que repetirían, alguien se molestaba por que se quedaba fuera de la foto de una feria que pretende ser todo un homenaje a una forma de entender la fiesta brava, como dijo el alcalde Pedro Rodríguez en la presentación del acto, la forma choquera de acudir a la Vega Larga allá por las calendas de Agosto desde hace generaciones. Hace veinticinco años que un loco iluminado vio que en lo viejo y sucio había pilares y cimientos para lo bello y clásico, para lo propio, para lo distinto y se propuso el reto de que volviese a nacer la plaza de toros en el corazón de Huelva, donde nunca había muerto. Este año se recuerda esa fecha, esa cuerda locura, ese empeño personal y el refrendo de toda la ciudad al esfuerzo de unos pocos. Como esta tierra nuestra es la de la “arrancá de caballo y pará de burro”, el sobreesfuerzo podía haber quedado en nada, en un gesto, en una triste muerte más a la orilla de ningún sitio. No es así, para demostrarlo ayer, en la noche calurosa de este cuarentayuno de mayo que ya nos permite quitarnos sayos y complejos, se dieron cita en la plaza de toros de la Merced las fuerzas vivas de la ciudad, los empresarios, una generación por detrás de la que reinauguró la plaza y para los que el 25 aniversario es doblemente emotivo en lo personal y en lo profesional. También andában por el albero los chicos de la prensa con sus maquinas de hacer retratos y sus papelitos arrugados, que en esto del toro no somos becarios ni hemos pasado la mayoría por facultades de periodismo, también andaban por allí los taurinos, los peñistas, los de siempre, los que viven el toro desde la cercanía que da la afición. Este año faltaron, unos especimenes habituales en cualquier recepción que se precie y esta lo era del máximo nivel, los sempiternos cazacanapes expertos en saraos de esta índole, ¡Que arte en el mangoneo¡ ¡Que poderío en la defensa del espacio vital!,¡ Que oportunidad en la colocación estratégica para la captura de la bandeja!, ¡Que gusto para distinguir lo exquisito de lo ordinario! ¡Que torería para dar pases de pecho al camarero de las bebidas mientras rematan al natural por bajo en el plato del Jabugo! ... el primer Olé de estas Colombinas va por ellos y su ausencia.
Muchos oles vendrán luego, a la empresa el siguiente por los carteles que tienen ustedes en la foto adjunta. Tras el aperitivo de una clase práctica de la fundación de escuelas de tauromaquia, se abre la feria el viernes 31 de Julio con un clásico, el Cordobés, que junto a Fandi y Talavante se enfrentan a una corrida de La Martelilla que será televisada por Canal Sur. No hay un aficionado que se quiera quedar fuera de la plaza el día 1, sábado, cuando Ponce, torero de Huelva, haga el paseillo junto a Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera para lidiar toros de Pereda y la Dehesilla. El domingo, la ya más que clásica mejor corrida de rejones de la historia con Moura padre, Hermoso de Mendoza y Diego Ventura que se las verán con reses despuntadas reglamentariamente para rejones de Luís Terrón.
El momento álgido para la feria, para la temporada, para la década taurina, llegará el día tres, día grande, aquel día en que el futuro almirante de obscuro pasado y sus sabios, tan sabios, hombres de la mar de Palos, Moguer, Lepe, en fin de Huelva, se hicieron al océano buscando mover las líneas de los mapas. Ese día Emilio Silvera querrá por enésima vez mover las líneas de las manos que marcan su destino, volverá alguien a gritar “torero a la vista” e iniciará un paseo largo y hondo desde la puerta de cuadrillas hasta el palco que ocupa Domingo Prieto. A su lado derecho irá Manuel Jesús “El Cid”. Y andando por la derecha del pasillo del miedo, en una de las veinte plazas escogidas con mimo, José Tomás, el esperado, el otro monstruo, el que no quiere mover las líneas, sino pintarlas de inviolable valor para que el toro pase cerca, por donde él diga. Luego los toros dirán, descompondrán, compondrán, entusiasmaran o defraudaran ¿Quién sabe? Los bureles vienen de “El Grullo” y serán los apetecidos, los Núñez del Cuvillo. Aún habrá tiempo para que pequeños y mayores disfruten de el Bombero torero el martes día 4.
Cuenta la empresa que, antes de la presentación de carteles, la reserva de abonos casi se ha duplicado respecto al año pasado y se rondan los cuatro mil. Desde hoy se pueden confirmar dichos abonos y adquirir los nuevos hasta el día 01 de Julio . A partir del 22 de ese mismo mes se abriran las taquillas de la plaza y se pondrán a la venta las entradas sueltas para los festejos
La noche se prolonga mientras en las taquillas, Antonio y su gente dan forma a un cartel que reza en letras de molde, con apariencia de apresuramiento. NO HAY BILLETES, el último amarillea desde que hace diez años lo pusiera un niño madrileño de 16 años que debutaba en Huelva, el gran ausente de este ciclo, pero eso es harina de otro costal que abordaremos en otras fechas.
Hoy hay que decir que se han presentado en la Plaza de toros de La Merced las mejores Colombinas posibles. Que el acto ha sido multitudinario, sabroso, torero, breve en lo formal, largo y de peso en lo informal. Que el ruido de esta feria supera las fronteras provinciales y que sólo queda desear que todos consigan su entrada y luego que… “Dios reparta suerte”
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