viernes, 4 de septiembre de 2015

Crónica de Zalamea la Real ¡Que tipo de torero grande es El Cid!

En Zalamea la Real la tarde fue alegre. Tras mañana de líos en los carteles con la caída de cartel de El Cordobés, de líos en los corrales y toros rechazados, luego  la noche acabó con la salida a hombros de los dos toreros y el debutante a caballo Juan Quinta, de los Quinta del caballo del toda la vida, del caballo de picar.

La plaza de los Arrepentios se llenó como hacía lustros que no se llenaba, con ambiente muy festivo y el clásico público sabio zalameño. Esta gente supo valorar la buena monta de Juan Quinta, espectacular con un caballo albino de la ganadería rosaleña de José Luis Pereda, Empieza un camino para el que ha demostrado templanza y condiciones, Las dos orejas vinieron después de un rejonazo por arriba y efectivo.

EL Cid torea en este momento como los mismos ángeles, a su primero, parado y manseando, lo entendió cumbre, todo suavidad con el capote, ayudándolo y toreándolo, todo templanza con la tela roja, una faena hermosa sin enemigo potable pero donde lo puso todo el torero que volvió a sus peores pesadillas con la espada. La venganza del torero de Salteras vino en el remiendo de Salvador Domecq, chico, montado arriba, sin humillar hasta que la muleta sabia y templada de Manuel Jesús le obligaba como sin querer, en el segundo muletazo de cada serie, series que nacian explosivas por ambos pitones para morir cadenciosas con adornos, afarolados, arte en estado puro Fueron cayendo lentas, cadenciosas, entregadas, acariciando el natural, apenas tocando de inicio para embarcarlo en la muleta, templando mucho, mimando la derecha, siempre con la muleta en los morros. Luego, cuando llevaba arrobas de toreo bueno. El toro a más, es cierto, aprendiendo a embestir de la cadencia del maestro. Luego el toreo en redondo de 540 grados, el inverso de 720 y entonces vino el número del indulto. El torero se evitó el fielato de matar, el público se puso más contento que unas pascuas, el presidente uso el moquero de naranja y el aficionado cabal se encogió de hombros y se sonrió para dentro recordando la obra maestra del maestro Cid

Antes y después El Fandi puso lo que pone cada tarde en cada plaza, muchas ganas, emociones en banderillas, capacidad con el capote, inicios de rodillas con la muleta, faenas entregadas y un estoconazo que fue de libro. No defrauda nunca este Fandila, enlotó con mal bajío, pero parece que eso le importa poco al de Granada. Dso orejas y seguimos para bingo. Con este es fácil no equivocarse, un valor seguro

No hay comentarios:

Haciendo hilo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...