lunes, 11 de mayo de 2015

Aguascalientes Magistral tarde de Luque que falla a espadas


Cortó una oreja flaco reflejo de su enorme actuación
Aguascalientes - Alejandro Hernández R.
Ficha del Festejo
Con un clima agradable, algo de viento y un tercio de entrada, marcharon gallardos y al frente de las cuadrillas el sevillano Daniel Luque vestido de mandarina y oro (silencio, oreja y vuelta al ruedo en el de regalo), nuestro paisano Gerardo Adame de marino y oro (al tercio y al tercio) y el tlaxcalteca Sergio Flores de grana y oro (silencio y silencio)

Se lidiaron seis toros de Barralva, disparejos en su conjunto, al igual de tipo y lidia, sobresaliendo el cuarto, con arrastre lento y quinto, un sobrero, éste de Montecristo, noble y de buen estilo.

En día que celebramos al ser que nos ha regalado la vida, la madre, esa mujer abnegada, tierna, insustituible, a la que amamos intensamente, y no puedo empezar a escribir, porque por mi mente revolotea inquietante, aquella poesía del Brindis del Bohemo, de la autoría de Guillermo Aguirre y Fierro, en la parte que dice:…..¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana que piensa en el mañana como en algo muy dulce y muy deseado, porque sueña tal vez, que mi destino me señala el camino por el que volveré pronto a su lado. Más, para fortuna mía, mi madre aun nos acompaña en este mundo, y a la que le envío toda mi gratitud y cariño, como lo hago para todas aquellas madres de este bello Estado de Aguascalientes.
Y qué mejor fecha que ésta, para darle el cerrojazo final a una Feria, que sobrepasó los límites del éxito en todos sus rubros. Donde germinó una semillita sembrada, con ilusión, con esperanza, regada con buena voluntad, trabajo y ahínco, haciendo realidad aquellos sueños, que superaron por mucho tantas expectativas. Pero yendo al terreno de los toros, qué cosas tan importantes se vivieron durante la última corrida del Serial 2015.
Bien, ayer se lidió una corrida de la ganadería de Barralva, con cinco toros en tipo español, altos de agujas, enmorrillados, bien criados, y uno de muy basto, astigordo, montado de pitones, en una palabra muy basto y barrigón. Regalaron un sobrero de Celia Barbabosa suave y noble.
El que abrió plaza, un toro largo, de prominente morrillo y alto de agujas, atacó con poder al caballo en su primer viaje, llegando más atemperado al segundo encuentro. Acabó rebrincado y con temperamento. Agalgado y largo fue el segundo, acometiendo de largo al caballo, con mucho poder, levantado al jamelgo con todo y picador Guillermo Cobos, que valiente aguantó la reunión, en una estampa tan antigua como vibrante. Fue peligroso por el derecho. El tercero recibió poco castigo, agarrándose al piso muy pronto. El cuarto, tomó un solo puyazo, recargando poderosamente, llegando al último tercio, exigente, con bravura, emotivo y sin rematar con claridad los muletazos, tirando un ganchito al final de su viaje. El quinto, flojito para el castigo, pero de gran estilo y calidad para el toreo de a pie. El sexto, en otro tipo, muy basto y panzón, al que le hicieron poco sangre, no obstante su corpulencia, llegó al tercio final, probón, frenándose y sin abrir el hocico. El sobrero de Montecristo, se arrancó de largo al caballo, desmontando al piquero, terminando con buen fondo de calidad y nobleza.
Ayer en La Monumental vimos tres matadores, pero un solo torero, el sevillano Daniel Luque, un diestro con filigrana, con elegancia, estando muy firme y con solvencia con su primero un toro muy rebrincado y con genio, teniendo momentos aislados de buen trazo. Terminó toreando con pases uno a uno meritoriamente. Mató de espadazo trasero, siendo silenciado.
Con el cuarto, cobró vida aquello escrito por Guillermo Sureda Molina, cuando dice que estamos en un mundo donde la magia tiene, por lo menos, tanta importancia como lo lógico, y si en el ruedo se encuentra un torero con magia, con sitio, con oficio, y un toro de buenas condiciones, es lógico que su labor encuentre esa coherencia de donde brota el arte, los trazos mágicos, plenos de ritmo, de cadencia, de torería, cargando la suerte, enrollándose a la bestia por la faja, con gracia, entre grandes manifestaciones emocionadas del respetable. Todo fue de gran mérito, de gran exposición porque el barralveño exigía sitio, temple, mando y poder de muleta, resultando muy emocionante disfrutar de Luque, mandón, vertical, acompañando y cargando la suerte, señorial, imperioso, con insuperable limpieza y suavidad en el trazo, como aquel interminable pase de pecho que aún no termina, por su lentitud y por su longitud. Qué lástima que no doblara el toro con la estocada trasera y desprendida, acertando al primer golpe con la de cruceta, perdiendo más trofeos, pues sólo le concedieron una solitaria oreja.
Daniel Luque inconforme por no haber complacido a una afición que le entregó todo su cariño y respeto, obsequió el sobrero de herederos de doña Celia Barbabosa, y de nuevo la ha armado de Padre y Señor Nuestro, al torear de inicio con elegancia a la verónica, para dar paso a un trasteo muy festejado, con seriedad, acariciando al toro en cada pase, estando muy vertical y acompañando el viaje, cargando la suerte adelantando la pierna de salida, con una majestuosidad impresionante, en pases en redondo sobre ambos perfiles, inundando el ruedo de arte y belleza y filigrana sin par, rematando las series con pases forzados de pecho de cabeza a rabo, despidiendo el viaje a la hombrera contraria, eternos y templadísimos, mandones y tersos, muy abandonado y encajado en los riñones. Por desgracia emborronó la plana al acertar hasta el tercer viaje, para al final de la corrida, ser obligado a dar triunfal vuelta al ruedo en medio del delirio general.

Por su parte nuestro paisano Gerardo Adame, que muy poco torea, topó con un toro que le exigió el carnet, siendo peligroso por el derecho, y sin clase por el otro, estando el torero valiente e intentando siempre agradar. Saludó en el tercio.Con su segundo, un toro potable, le hizo un quite por saltilleras, cambiando el viaje a corta distancia, siendo muy ovacionado. Después de un prometedor inicio, toreando en el centro del ruedo con ayudados por alto, estando muy firme y valeroso, en sus primeras tandas lució lo buen muletero que es, pero luego, no tomando en cuenta la distancia que había que darle al buen ejemplar por las cercanías ahogándolo un tanto a su enemigo, en todas las series, matando de un chalecazo, terminando por saludar en el tercio.
Quien salió con el santo de espaldas fue Sergio Flores, al corresponderle en primer término, un toro que pronto se agarró al piso, cavando muy remiso y sin clase. El sexto, no ha colaborado lo debido, alargando innecesariamente su faena, inmersa en el tedio.

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