Trigueros tierra de toros bravos.... y de toreros valientes

Un Cuadri de vuelta al ruedo, David de Miranda que confirma las mejores expectativas, un generoso Ferrera, un serio Victor Puerto y la raza de Andrés Romero ante un buen eljemplar de Arucci destacan en el festival benéfico que cierra temporada.

Festival benéfico en plaza portátil. Dos tercios, ganado de diverso juego y condición, por este orden de Millares inválido, Cuadri bravo(vuelta al ruedo)i, Murteira complicado, Prieto de la Cal, complicado y sin fuerzas, Buenavista,  aplaudido y Arucci guapo y excelente (Vuelta al ruedo)

Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Joaquim de Murteira Grave, Antonio Ferrera brindó a su hijo

Victor Puerto dos orejas
Ferrera dos orejas tras aviso
Antonio Jose Blanco oreja
Perez Mota oreja tras aviso
David de Miranda Dos orejas y rabo
Andrés Romero Dos orejas

Clásico festival de otoño, que empieza con calor y acaba con frío helador, menos ambiente en las gradas que en temporadas anteriores y muchas cosas en la retina del aficionado tras tres horas de festejo. 

Sabíamos hace seis décadas que Trigueros es tierra de toros bravos, los míticos Cuadri de la H en el anca, pero hoy se confirma que además es tierra de toreros valientes, el novillero sin caballos David de Miranda formó un alboroto en su pueblo, ante sus partidarios, "bueno" dirán ustedes, pues de bueno nada, mejor, hubiera formado el taco en cualquier lado, en cualquier plaza, ante el más exigente de los públicos. Su verdad desde los lances de recibo hasta las personales bernardinas finales, la verticalidad de un despacioso toreo cimentada en una quietud inverosímil, su evolución, desde que el año un eral le partiese la nariz en esta misma plaza, su tranquilidad ante la cara del toro, su toreo sin vicios ni ventajas,su saber negociar el menos potable pitón derecho, su mano izquierda de temple y pureza y su generosidad en el valor, donde se gusta y se recrea, ilusionan con argumentos de los que siempre han valido en esto del toro, "Este puede funcionar" A fe que si. Lidió un eral con pintas de utrero de Buenavista ante el que supo enfibrarse e improvisar con frescura de quien empieza a sentir el oficio en las neuronas.

Antes Ferrera, que brindó al ganadero de Murteira, casi vecinos del otro lado de la raya,  supo domeñar las embestidas desbordantes de un toro de Cuadri, de un buen toro que peleó en el caballo con celo, con la cara arriba si quieren pero acudiendo al galope quedándose y empujando, Es Ferrera un torero que gusta de lucir los toros sin complejos, y lo hizo en los tres tercios, poniéndolo largo en el caballo, banderilleando con maestría a un toro de legendarias complicaciones en el segundo tercio y sabiendo citar  de largo con la pañosa. El toro repetía con la nobleza exigente que tienen los toros bravos de verdad.Series de hasta seis muletazos donde Ferrera se daba y exigía, bravo el toro y bravo el torero.Bisagra de nombre, y hubiera abierto cualquier puerta grande del orbe taurino. Faena larga con el toro que empezó a enterarse y el matador que quería exprimir esa bella verdad que es la bravura.Bonita lidia, preciosa muerte. Vuelta al ruedo de cualquier plaza, dos orejas de ley al fallar con la espada.

Antes aún Victor Puerto dejo constancia de su profesionalidad ante un toro de Millares que salió sin fuerzas y con mucho peligro en su defensiva actitud, estoconazo de los que vale una oreja, la otra a su oficio y diposición.

Pérez mota se las vio con un complicado jabonero sucio de Prieto de la Cal,un toro con más teclas que un piano, sin muchas fuerzas, sin humillar, jugando al despiste y con ganas de hacer carne, bien el de El Bosque que ha demostrado una actitud encomiable, templando y sabiendo lidiar al veragua..

No mucho mejor fue el Murteira Grave, un bicho, buscando los tobillos por abajo, buscando el pecho por arriba, incierto siempre, colándose,  el gaditano Blanco bastante tuvo con aguantar con decoro las tarascadas del peligroso burel, además casi en puntas. 

Cerraba plaza el rejoneador de Escacena, Andrés Romero, que ante un guapo y encastado toro de Arucci supo calentar al público a base de arriesgar mucho y hacer las cosas con valentía y verdad en todos los tercios. Templando con Perseo, dando los pechos con Guajiro, clavando al estribo y saliendo de las suertes con gallardía, con Bambú, una pena que tardase en  matar.