Cajasol rinde un cálido homenaje al Liiri
Tico Medina, Jaime Ostos, Ortega Cano, Espartaco arroparon al maestro en el sexagésimo aniversario de alternativa.
Cuando se pretende rendir homenaje a unos de los grandes, recordar su trayectoria, glosar sus cimas, se puede optar por lo grandilocuente, un alarde de medios audiovisuales, una profusión de datos estadísticos. Bien, existe otra posibilidad, vamos a llamarle, homenaje de camilla, los preparos, sencillos, unos cuantos amigos, un lugar coqueto y gente que quiera al homenajeado y amen su mundo como invitados. Una especie de cumpleaños sin tarta ni regalitos.
Esta es la modalidad por la que optó Cajasol cuando decidió que Tico Medina llevase las riendas del obligado homenaje al matador de la calle San Sebastián cuando se cumplen sesenta años desde que el genial gitano Cagancho le dio la alternativa junto al complicado, quisquilla lo define Litri, Aparicio. El asunto está en que a la fiesta se invitó a toreros de la talla de Jaime Ostos, tipo, formas, andares y sentimientos de torero de los sesenta, apadrinado en su alternativa por nuestro Litri, con Ordóñez de testigo ante toros de Urquijo, un cartel de campanillas para el astigitano. Otro de los aposentados en la apetecible mesacamilla era José Ortega Cano, litrista por herencia paterna y política, afirmó anoche que el padre de Rocío Jurado era un impenitente seguidor del aguerrido matador onubense. Otro de los que se calentaban al calor del maestro de periodista que es Tico Medina, fue Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, el torero humano y figura máxima de los ochenta y noventa, afirmó no admirar más al torero que al hombre, de grandeza humilde, ejemplo de cómo desenvolverse en la vida, de sembrar amigos, de recoger adhesiones, de ser profeta en su tierra y fuera de ella.
Medina lo explico claro, estamos en esta Huelva acostumbrado a que un niño que aprobaba en el Instituto Rábida los exámenes de bachillerato escriba como los ángeles y se lleve un Nóbel de literatura, que un chaval del Alosno se parta la garganta por las tabernas de Huelva y marque el camino grande de un cante que llamaban chico. Nadie se extrañaba de que aquel chaval que pasaba por los Maristas fuera una figura respetada en España, en México en Londres donde ya en el año 57 le dedicaban reportajes de postín, donde destacaban que el valiente torero era un apasionado de las peleas de gallos.
Medina se erigió en protagonista, dejando fluir la conversación de Belmonte al Mequi, del Palace al Hotel Luz, de la seriedad del Atalántico a la pinturería del Mediterraneo latino y vividor. Los derroteros de las casi dos horas de diálogo saltaban de la vida al recuerdo, tamizado por la edad, la perfecta mala memoria del granadino, la sordera de los protagonistas, las frases redondas del paisano de Boabdil “Tanta América en Huelva” “Nunca hemos estado lejos aunque hayamos estado tan cerca”, titulares de sus reportajes para” trescientos millones”, para” Chicas” para “Hola”.
Y el maestro, grande, en figura, sin darse importancia, quedan en la memoria sus verdades de siempre la misma que dice a quien le quiera oir en su hacienda sevillana, en su casa de la calle Rico, o en su hogar de la Punta de los Ingleses, de la gastronomía “los garbanzos de Villasauco son chiquetitos y negruos, las garbanzas del valle sin río blancas y gordas” a las verdades del toro, yo no toreaba por dinero, eso venía por detrás, yo toreaba para que mis amigos, mis vecinos estuvieran contentos conmigo, por raza, para poderle a los toros” y un cotilleo “la dinastía se acabará con Miqui, mis nietos son muy rubios, no he visto nunca a un torero tan rubio en nuestra tierra, y van a un colegio que hablan en Inglés,,, y en español, bueno”.
La charla se dispersa, Tico se adorna con historia, Ostos se muestra reivindicativo con los toros en Cataluña, el Litri sentencia “hay mucha gente opinando distinto de lo que opinamos todos los que estamos aquí”. Ortega se muestra melancólico, Espartaco se ríe, sale la fiesta de entonces, al que paraban los subalternos para doblarse seis o siete veces después el matador, el toro de no más de 450 kilos, ahora se torea mejor que nunca, más lento, con más temple, pero el toro,,, el toro es distinto, más parado, menos fiero.. El maestro Medina se gusta en lances de recuerdos, sale la figura de Chamaco que mañana tendrá su día de la literatura de Santi Ortiz.
Litri es una figura indiscutible del toreo, ayer estuvo arropado por Silvera por Barroso por Doblado, por las gentes de Huelva y las gentes del toro en un cariñoso homenaje de mesa de camilla y de mucha admiración.
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