Lucena del Puerto, Litri., los toros. Una pasión de largo recorrido
Lo que distingue a la afición taurina, lo que diferencia a las gentes y lo que marca la impronta de los pueblos es su personalidad, la forma distinta y diversa de manifestar fenómenos que son comunes, pero que pasados por el tamiz histórico de lo propio toman carácter de único.
Lucena del Puerto es un pueblo que sabe ir a los toros, tiene sus propias maneras, sus hábitos, sus costumbres transmitidas entre generaciones que asocian sus recuerdos de feria con amarguillos, el algodón dulce, la Puja, las cunitas y con festejos taurinos. Siempre ha habido un padre, una madre, un abuelo, un tío una vecina, que han hecho de cicerón y maestro de los nuevos aficionados. Este tipo de tradiciones enraízan en el alma colectiva de la localidad, la patria última de las gentes de la Lucena, que tiene tanto que ver con la infancia, y a partir de ese sentir la fiesta de toros se hace parte de la idiosincrásica feria de San Vicente Mártir.
En el acervo cultural y por tanto taurino, o taurino y por tanto cultural, de esta localidad hay un nombre señero, Miguel Báez Spuny, ”El Litri”, una historia con puntos de concomitancia que han unido indefectiblemente y desde hace más de sesenta años a un matador de toros de manifiesta personalidad y primera figura durante dos décadas y a un pueblo que ha llevado con honra ser la primera feria taurina de Huelva, en muchos casos de Andalucía y en otros tantos de toda la península.
El pasado mes de Octubre, en el nuevo centro cívico fue homenajeado el maestro Litri, allí, y dentro de las jornadas culturales pudimos, palpar ese cariño mutuo y hondo, a la vez seco y sin aspavientos, cariño del bueno. Luego, andando por las calles del pueblo, Miguel Báez se saludaba con numerosos paisanos, y recordaban andanzas de ferias, de milicias, delicias gastronómicas, tardes de toros, de cacerías y de vida.
Tras la travesía del desierto taurino que supone el otoño y el primer tramo del invierno, el aficionado y el profesional esperan con ilusión el ver correr a un animal bravo por un recinto con alfombra de albero. Litri, afición, amor propio y personalidad máximas, abrió en muchas ferias de San Vicente Mártir, en el patio de su casa, su singladura de triunfos, miedos, cogidas y gloria. Esta singladura lo llevaba después, en su calidad de figura del toreo, a Sevilla, Madrid, Bilbao, Barcelona, Huelva Valencia y resto de las más señeras plazas de esta tierra de toros que es España.
Cada mes de Enero una porción del corazón del torero del barrio de San Sebastián, otro madrugador santo hibernal, se quedaba en Lucena, el día de su debut en público, el día de su primer becerro, el día del festival con Puerta...
Muchos son los nombres que han pasado por la feria de San Vicente, nombres de ayer y de hoy la enumeración sería prolija, pero Litri, Puerta, Mondeño, Chamaco, Pepe Luis Vázquez, Litri hijo, Juan Mora, Diego Ventura, Javier Conde, Dávila miura... , y los onubenses Silvera, Barroso, Doblado...
Este año en el festival taurino se quiere homenajear a Litri, en su sexagésimo aniversario de alternativa, cuando cumple 62 años desde que toreó por primera vez en público en Lucena, encartelado con el Niño de la Isla, en el viejo corralón que había junto al matadero, donde muy pronto se va inaugurar una plaza pública que llevará su nombre.
Para este día, por este motivo y en esta feria, el hierro de Millares, Jandilla puro, cuatro toreros de la tierra, todos muy vinculados al bello pueblo de la cuesta, torearan Silvera, Fariña, Barroso, Doblado, junto a Pepe Luis, tantas tardes en Lucena y el novillero extremeño Emilio Martín. Cuesta hablar de humildad cuando hay dignidad, la dignidad es grandeza y Lucena sabe como dar importancia a los espectáculos taurinos.
Un homenaje al toro, al Litri, a San Vicente y un motivo para que todos, Luceneros y forasteros, estemos el día 23 a las cuatro de la tarde en la plaza de toros instalada en la carretera de Bonares.
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