jueves, 4 de diciembre de 2014

La curiosa historia del doctor Jimenez. (3.- Jiménez en su salsa)

Jimenez en su salsa

Viene de Conociendo al doctor Jiménez
y
El doctor Jimenez nos gana a todos

Jueves. Empiezan las Colombinas del 2000. Año cero después de la retirada de el ultimo Litri. Miguel Baez Spinola. había toreado su última corrida en España en Sevilla en San Miguel del 99 y la ultima de su carrera en Méjico ese invierno.
El devenir de la plaza de toros de Huelva venía ligado históricamente a un Litri y en su última singladura, desde la reinauguración en el 84, ahora llamada Plaza de Toros de La Merced,  a la presencia de este último eslabón de la dinastía más longeva del toreo. Ante lo incierto de lo que pudiera pasar con el público de Huelva, más litrista que aficionado según el tópico al uso,  la pareja de jóvenes empresarios de la plaza, puesta en el mapa del toreo con letras grandes  por su suegro, había rematado un feria de campanillas que se iniciaba con un histórico cartel.
Enrique Ponce, torero muy cercano a la casa Litri y muy querido en Huelva, José Tomás, que repetía tras haber cortado tres orejas la temporada anterior y que venía a La Merced precedido de una enorme expectación  y El Juli, torero de máximo tirón taquillero de aquellos años, La irrepetible e irrepetida terna se las vería con toros de José Luis Pereda, en el culmen de su esplendor. ¿Cuánto valdría este cartel hoy?  

La mañana es de lío gordo para los currantes, recoger acreditaciones, sorteo, esperar órdenes de lidia, hacer  entrevistas en directo a apoderados, banderilleros, ganaderos, cualquiera que tuviese algo que decir y estuviese en la meseta de toriles de la plaza, Es día laborable, por tanto hacemos el programa taurino en el magazine matinal, Mezquita en la emisora y yo a través de aquellos Motorola de la radio. Se cierran mientras tanto los participantes en la tertulia de la noche, se confirman los del mediodía. A la una y media acabamos de la radio y yo salgo volando con la Vespa, como todos los días de feria, expedito para llegar al hotel.
Aparcando veo a mi reunión del tenis que alternan en “El Abuelo Manué”, en frente justo del hotel.  Dispongo de diez minutos para tomar la cerveza con ellos y allá voy.
Cuando entro me encuentro al Dr Jiménez, sentado en una mesa junto a la entrada, Saludos de rigor y observo delante suya un  plato de jamón y una manzanilla bien fría.
Metido en mi conversación no dejo de observar  como degusta el cordobés una relación de las mejores viandas. Su pimentada con ventresca de atún, una cigalitas tronco de gran trapío y la presa de paleta. Incluso, cuando al hijo del propietario, Paco, que ejercía de camarero, le servían un choco entero asado como menú de empresa, el doctor preguntó por el manjar e inmediatamente el Abuelo optó por quitárselo de la boca a su hijo para agasajar a Jiménez.
No era tonto el viejo patrón de pesca reconvertido en hostelero, al parecer el de Córdoba cerraba el menú de una comilona por todo lo grande para 50 comensales. Todos discípulos de Escolapio.Y todos taurinos. Despedí al grupo de amigos, saludé al doctor, cruzar la calle y a comer en el restaurante del hotel.

A las dos en punto nos servían la comida,  el agradable elenco en el amplio restaurante del patio cubierto lo encabezaba Rafael Mezquita, junto a él José Luis López director del Hotel y anfitrión, nuestro técnico, José León, Damian Alvárez, un afamado dentista de la tierra, El taurino Pedro Macias y el que esto cuenta. En la mesa de enfrente como José Tomás,  con su cuadrilla. La comida se hace agradable, la tertulia empieza a emitirse a las tres pero desde que nos sentamos se habla de toros. José Tomás entra a ver a su cuadrilla y nos saluda. A las tres en punto León y Mezquita abandonan la mesa y sale del comedor. Tras conectar empieza a presentar la tertulia mientras el resto apuramos el postre.

Cuando salimos de comer y nos sirven el café en la mesa de tertulias del bar inglés, allí ya está acomodado en un sofá Jiménez como único asistente en directo a la tertulia. Típica cconversación de inicio de ciclo, carteles, lo más atractivo, las impresiones del sorteo, la cuadrilla de Tomás nos comenta del encierro que han enchiquerado… Una hora de charleta, sin más profundidades, que si José Tomás es frío, que si mete miedo al miedo, que el año pasado se hizo un quite con la mirada, que si Juli viene arreando, que si Ponce es mecánico que si se echará e falta a Miguel, que, si el cartel de Curro y Morante del sábado es el que nos pone…

Se acaba la primera tertulia, buenas impresiones. Nos ganamos un copazo, Jiménez se acerca, todos son parabienes, “habéis estado muy bien, me ha entretenido mucho”. Ya sabes mi máxima le digo “No decir ninguna tontería y no aburrir, entre esos dos límites me cabe todo” Mezquita quiere subir a la habitación para desperezar un sueño y refrescarse antes de ir a la plaza desde donde retransmitimos el festejo.
Jiménez pulula entre la barra donde tomamos copa larga y la mesa donde León recoge mientras Mezquita ultima detalles. Jiménez, otea el campo a la espera del momento para atacar con la pregunta más repetida por todos los taurinos del mundo.
Toreros, ganaderos, profesionales…todos los que consideran con más o menos argumentos que tienen derecho a entrar en una plaza de toros sin pasar por el fielato de la taquilla.
Con independencia del estatus social, profesional, económico o cultural entrar en los toros gratis proporciona un morbo al que es difícil sustraerse. Y no digamos entrar al callejón, sensaciones cercanas al orgasmo para muchos. De ahí que a nadie extrañará que el simpático jefe de cirugía del Hospital Reina Sofia de Córdoba preguntase al hemorroico periodista onubense
-          ¿Rafael,  tienes papel para esta tarde? Me he despistado y no he pasado por taquilla.Y como habéis dicho que no hay entradas,,,
Rafael resolvió el trance con un pase de prensa que reservaba para Rafael Yñiguez y que el caballista no podría usar hasta el miércoles por imperativo de su recién inaugurado picadero en Almonte.
La vorágine empezaba a parir de las 7 de la tarde, entrar en la plaza, que ese día puso el no hay billetes, retransmitir la corrida, poner el micro a alguien interesante bajando desde la grada alta de sombra,  Mezquita salía de la Merced en el cuarto toro para ir al hotel. Nosotros seguíamos con la retransmisión del festejo hasta el final del mismo cerca de las diez.  Corriendo en la socorrida Vespa hasta el hotel para empezar una segunda hora de tertulia. Tertulia hasta las doce, ahora con público, se servia una copa de vino del condado y una tapa de jamón ecológico del amigo Manolo Ponce y el público de la posibilidad de que se sentasen los toreros, sobre todo si había sido tarde triunfos. Mientras Rafael la dirigía yo me sentaba un rato, otro  andaba a la caza del protagonista, en la mesa José Luis Pereda, Mezquita,  Emilio Silvera. Me dirijo en la puerta del Hotel donde veo al torero de Galapagar, camiseta blanca, vaqueros y poco aspecto de torero
-          Tomás ¿Sería tan amable de sentarde un rato un rato con nosotros en las tertulias de COPE?
-          ¿Para hablar de toros?- Inquiere con guasa el matador, que aún no era un mito
-          Si, claro- le respondo esperando el revolcón
-          Una pena, Si fueran de futbol me sentaba, por que a mi lo que me gusta es hablar de fútbol
Las tardes en que no había habido triunfo cantado los toreros suelen huir de estos trances. Cuando vuelvo con el chasco y me encuentro a un entusiasta Jimenez dándolo todo en la mesa de tertulia. Ya es uno más. La corrida no fue la corrida del siglo a pesar de que los tres espadas salieron a hombros
Acaba la tertulia y en la frugal cena, por supuesto con el doctor
como voz cantante, se organiza el día siguiente, contamos con nuestro amigo Gerado Ortega, el local Paco Barroso, y el siempre amable y medio oariente Eduardo Davila Miura, tenemos la labor encauzada   Ahí el cordobés nos asegura que habla con Juan (vulgo “Finito”), que ya ha quedado con el Romántico.
La feria continua, el viernes el ritmo es el mismo, sorteo, magazine, tertulia a mediodía, retransmisión y tertulia final La corrida de Gerardo no sale buena excepto toro y medio, Barroso torea cumbre al natural, Davila y Puerto, apneas las portolinas del segundo y el sabor a campo del primero. Por la mesa pasan el ganadero, con el que después comemos y tomamos café, Barroso, Miguel Conde, Rafael Yñiguez, por la tarde tenemos a los tres toreros en la mesa a Paco Barroso, Davila y a Puerto, mucho ambiente.
Jiménez anda un poco tapado, circula por allí, ya no tiene que pedir permiso, se maneja con soltura, es un fijo. Ya es una norma que antes de cada copa, Mezquita lo mire y el doctor le cante
- Sólo una Rafael- moviendo la cabeza con generosa paciencia, que el problema viene mañana. Y ya sabes, en cuanto pase agosto, estás en Córdoba para que el proctólogo te mire y solucionemos "eso"
 Discreto, listo, oportuno, al quite. Un agradable compañero de viaje, buen comedor,discreto bebedor, educado, a veces demasiado taciturno. Esa peña íntima que le ahoga.

Continuará


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