Al hilo de la corrida femenina y accidentada del domingo en la Méjico, recordamos esta historia de toros, sexo, política y minas
Porque primero fue minera y de las bragadas, luego fue torera, y de las que vivieron de esto, por último fue torero, de poco predicamento y acabó con 60 años y 90 kilos toreando como torera una nocturna en Madrid, que salió como la de Méjico de antes de ayer. Como sería la cosa que acabó sus días en la postguerra como segurata de una finca de Vilchez.
La duda que se plantea es si fue el morbo el que le permitió una carrera de cuatro décadas, con un paréntesis de treinta años fuera de los ruedos
¿Hombre, mujer, bisexual, hermafrodita, vividora, víctima o truhán?
Era nacida en 1878 en Navas de San Juan ( ¿O en las de Tolosa?) (Jaén), se bautizó, y tiene su importancia el asunto, como Agustina María Salome Rodríguez. Tras una infancia poco notable, más allá de su afición más a los juegos de niños que de niñas, nos la encontramos en su juventud como peón de una mina hasta que le picó el gusanillo tras ver en su pueblo una cuadrilla de mujeres toreras, no sabemos si a la famosa torera "La Fragosa", dicen que natural de Guillena, o a "Las Noyas", catalanas y toreras ellas, (para vomitar don Artur Más), seguro que no tenían los ocho apellidos catalanes
Se salíó de la bocamina para aprender a torear y firmar a partir de 1896 una carrera con muchas tardes en Portugal y una presencia en la vieja Plaza de la Carretera de Aragón en Madrid. Decían que tenía más condiciones que muchos hombres, bueno, eso lo dijeron revisteros a sueldo del mejor postor, acusaron algunos coletas. Muchos se negaron a torear no sólo con la jiennense, sino que Rafael Guerra "Guerrita" se negó a torear en plazas donde hubieran toreado ella o "La Guerrita", que alternaron mano a mano muchas tardes.
Dicen que decía por aquellos entonces la machorrona "Yo hago todo lo que haga una mujer, y algo más. Yo hago lo que haga un hombre"
Era amiga de fumar habanos o en pipa, de beber sin miedo en las tabernas más infames y de lanzar requiebros a las mozas
No era por tanto descabellado pensar en el miedo del que tuviera que firmar una crónica a aquella a la que ya tildaban de marimacho o machorra según el pueblo. Mujer de armas tomar, fue capaz de vivir de esto durante diez años con cierta soltura y simas y cimas en su irregular carrera. Lo cierto es que entonces estaban de moda las corridas con toreras. Cuentan que en Bilbao y alternando con “Frascuelina Chica”, "La Malagueña” y la “Perchelita”, fue la única capaz de matar su utrero y cortar una oreja
Eran épocas convulsas en lo social, el anarquismo arraigó en la clase obrera, eran momentos de los gobiernos de alternancia entre conservadores y liberales. El rey Borbón a lo suyo, sportman, toros, la caza y diversos vicios menores.
En una de esas, año 1908, el gobierno prohibió, manía tan española la de prohibir, que la mujeres toreasen. Dicen que era ministro del ramo, a la sazón gobernación, Juan de La Cierva, padre del inventor del autogiro y que alegaba como motivos las reiteradas protestas públicas (en su mayoría hombres) y al hecho, de que una mujer en el ruedo era "impropio" y "opuesto a la cultura y a todo sentimiento delicado".
Dicen que el brindis de la moza en la última corrida antes de que entrase en vigor el decreto fue
"Por las mujeres con...ríñones y por el ministro de la Gobernación"
Y así se vio obligado a nacer Agustín Rodríguez. "El Reverte", tras volver a su pueblo y demostrar mediante certificados médicos, certificados del cura y del alcalde del pueblo y declaraciones de sus padres "que tenía más de hombre que de mujer" (Sic) desde que nació. Certificada su condición masculina, una certificación que algunos consideraron una falsa, se hizo anunciar como torero macho y empezó otra odisea. El espectáculo era denigrante en cada plaza, certificado médico, fe de bautismo, reconocimiento por parte del gobernador civil, tocamientos varios de los carabineros, ofertas de prostitución. Dice Rodríguez Batllori: «El mito de La Reverte comenzó a deshacerse como el granizo bajo el sol. Luchó denodadamente por mantener el crédito alcanzado en unos años de relativos triunfos profesionales, pero su sentencia de muerte ya estaba dictada. Sus afanes por torear más y mejor fueron inútiles, pues las deficiencias que el público había tolerado a "María Salomé" no eran perdonadas a Agustín Rodríguez». Todo esto provocó la retirada, ¿1912? ahora como hombre. Y ¡A la mina! donde trabajó de guarda.... ... Hasta que la república y un empresario listo la hicieron reaparecer en una nocturna en la medio inaugurada Plaza de toros de Las Ventas, | ||||
Con el nombre de Angelaños Rodriguez Tripiana Con el pelo totalmente cano y noventa kilos de peso, se ajustó una guayabera blanca y un pantalón negro entallado, en lugar del clásico traje de luces, para torear en la plaza de Madrid. Petardo del estilo mejicano y cruzar Despeñaperros de nuevo para no volver a ser nombrado como torero ni como torera.
Vuelta a la mina donde murió en 1945, ejerciendo de guarda ¿O era guardesa? |
Salomé La Reverte y olé
tiene un pañuelo
con cuatro picadores y olé,
tiene un pañuelo
con cuatro picadores y olé,
Reverte en medio.
No te tires Reverte y olé
por lo torero, por lo torero
porque tienes toreando y olé,
mucho salero.
dario.
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