Tras ser aprobada recientemente en el pleno de la Diputación una propuesta para que la fiesta de los toros se considere Patrimonio Cultural Inmaterial, el presidente del organismo provincial, Ignacio Caraballo, visitó ayer la finca ‘La Torre’, del ganadero onubense Marcelino Acosta, con el objetivo de “poner en valor el campo y la contribución del animal bravo al mantenimiento de un ecosistema apreciado y único como es la dehesa”, según aclaró Caraballo.
Durante el recorrido, el presidente comprobó el papel que representan ganaderías onubenses como la de Marcelino Acosta, que se sitúa a 10 kilómetros de Huelva, en el término municipal de San Juan del Puerto.
Ignacio Caraballo recordó que “Huelva es tierra de prestigiosas ganaderías, de toreros de raza y de centenarias plazas de toros”, y afirmó que la identificación de la provincia con la fiesta de los toros “es más profunda y verdadera y encuentra fundamento en el mapa natural de nuestra provincia, que ofrece el hábitat concreto y determinado que la cría del toro requiere”. A su juicio, los ciudadanos onubenses aprecian en los toros “la importancia de las dehesas y de los núcleos rurales, la riqueza de los paisajes, una singular manera de entender la relación con el medio, oficios con sabor a otros tiempos, el valor económico del campo o la contribución del animal bravo al mantenimiento de un ecosistema apreciado y único como es la dehesa, así como la generación de empleo y riqueza en la provincia a través de la industria cárnica, del cerdo ibérico o del corcho”.
De los 79 municipios de la provincia de Huelva, 71 cuentan con superficie de dehesa. De hecho, la extensión total es de 240.000 hectáreas, una cuarta parte de la provincia. El presidente de la institución provincial insistió en que el toro bravo, desde sus orígenes, “ha formado parte del paisaje único de la provincia y ha estado presente, con naturalidad, como un elemento cotidiano, en la vida de nuestros núcleos rurales. Es esta relación cercana y familiar con el toro la que explica que en nuestra provincia la fiesta sea, más que una manifestación artística, un espectáculo lúdico o un acontecimiento social”, aseveró.
En concreto, esta ganadería cuenta con 85 vacas de vientre del encaste de Benítez Cubero. A tan solo 10 kilómetros de la capital, esta ganadería se dedica a la selección, manejo y encaste de los toros de lidia.
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