El escritor Huberto Apaolaza ha fallecido este lunes a los 73 años aquejado de una dolencia cardíaca. Apaolaza, hermano del también crítico taurino Francisco Apaolaza, fue un referente de los aficionados taurinos en el norte de España. Ingeniero papelero de profesión, recibió la afición de manos de su padre y la desarrolló durante toda su vida. Articulista, conferenciante en numerosos actos relacionados con la tauromaquia en España y el resto de Europa, deja, entre otras obras, dos volúmenes: ‘Tauromanías’ y ‘Mis pasiones y decires sobre Curro Romero y Rafael de Paula’. Este último es una curiosa recopilación de reflexiones generadas en conversaciones con las dos leyendas de la tauromaquia, que conoció profundamente desde hace décadas y admiró con notable gusto y una sensibilidad especial.
Apaolaza fue un habitual en plazas como las del norte taurino, pero también en otras como Ronda y Sevilla. Resultó además uno de los impulsores de la recuperación de la plaza de toros de San Sebastián después del derribo del coso donostiarra de El Chofre.
Hijo de una andaluza de ascendencia francesa y de un vasco, cultivó durante toda su vida un gusto y un conocimiento profundo de la poesía y de la literatura, además de unos lazos con Andalucía que ha mantenido vivos hasta su muerte. Su obra se movió siempre en un triángulo narrativo dibujado entre la magia efímera de la tauromaquia, el País Vasco que llevó a gala y un sur vivido y soñado como un refugio vital. Durante el último decenio, desarrolló su vida en Sanlúcar de Barrameda, donde será incinerado este martes en una ceremonia íntima. Los funerales se celebrarán en Sanlúcar y San Sebastián en los próximos días. Era padre de un hijo y abuelo de dos nietos. Descanse en paz.
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