
Macías construyó una faena vibrante de principio a fin, desde el saludo con la larga cambiada y las verónicas mecidas y el remate al soltar la punta del capote, luego de que el toro empujó en varas, el torero de Aguascalientes ligó un quite por chicuelinas, seguidos de tafallera, caleserina y revolera que resultaron un poema.
Con toreros doblones recargado en tablas dio inicio a la faena de muleta, algunos por bajo con la izquierda y el desdén que presagiaba el triunfo.
Más naturales largos y profundos que se concatenaron con la suavidad de los derechazos tandas interminables que hicieron que sonaran fuertes los olés y la popular música de Aguascalientes "La pelea de gallos" en las alturas, para ese entonces ya la locura en los tendidos y los gritos de torero-torero, pero habia más para dar así que Macías continuó poniéndole la tela en los belfos corriéndole la mano con sabor, los molinetes, los cambios por delante y los desdenes desgranaban la emoción que en las gargantas hidrocálidas sonaba muy fuerte, cuando se preparaba para tirarse a matar, la petición en el tendido
comenzó a hacerse presente, tanto que el juez le otorgó el perdón al burel que fue regresado a los corrales. Macías dio la vuelta al ruedo triunfal.
Por otra parte sus alternantes han tenido faenas importantes, Joselito Adame cortó las dos orejas de su primero y fue ovacionado en su segundo, Uriel Moreno el Zapata cortó la oreja del primero y perdió la de su segundo por
fallar con la espada y saludó en el tercio con merecimiento.
Los toros de Fernando de la Mora bien presentados de juego variado, destacó el toro de indulto por su emotividad y nobleza.
Al final Arturo Macías y Joselito Adame salieron en hombros de la Monumental de Aguascalientes.
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