domingo, 28 de octubre de 2007

Barroso y Silvera triunfan en Trigueros

La terna onubense del cartel


Catorce orejas y un rabo en el festival en Trigueros.
Silvera , ante un gran Cuadri, y Barroso, ante un magnífico Prieto de la Cal, se reivindican en Trigueros.

Ficha. Tarde que empezó agradable de temperatura y acabo fría, lleno aparente en los tendidos, festival cuyos beneficios serán destinados a DIMIC y la Hermandad del Rocío de Trigueros. Se lidiaron tres novillos de Millares 1º, 4º y 7º, difíciles y complicados, uno de Cuadri, 2º bravo y noble, dos de Prieto de la Cal 3º y 6º, de excelente juego destacando el extraordinario tercero aplaudido en el arrastre, el quinto de Arucci que se dejó.
Diego Ventura, dos rejonazos sin soltar y descordó, dos Orejas, Silvera media al segundo intento dos orejas, Barroso estoconazo dos orejas y rabo. Luís Vilches dos orejas, Antonio José Blanco, estocada dos orejas, Pepe Doblado intento en falso y estocada dos orejas Manuel Jesús Pérez Mota Dos orejas.

Empezamos con turno de ruegos y preguntas ¿quien inventó lo de los siete toros en los festivales?, es una exageración, no tiene sentido, se hacen largos, tediosos aún en el triunfo, encarecen el festejo, provocan acabar a deshoras y no creemos que repercuta significativamente en taquilla. Rociana, Higuera y Trigueros se han sumado a esta moda de los macrofestivales. Nuestra petición es que se vuelva a la normalidad, seis toros seis, y marchando que es gerundio.
Entre las arrobadas de orejas que se han dado en la tarde de ayer en Trigueros nos quedamos con la rotundidad del toreo de Emilio Silvera ante un novillo, que por hechuras parecía toro y toro bonito, de Cuadri, noble pero exigente y que luego de rematar humillando en los burladeros y hacer buena pelea en varas, empezó de forma poco clara por el pitón izquierdo, la firmeza de Silvera, su facilidad a la hora de ver los toros, su sentido del temple y su enorme capacidad

Natural de Emilio Silvera
acomodaron la casta y mostraron la bravura del Cuadri que venía salpimentada con la fijeza de la casa. Tan a gusto estaba ante la cara del morlaco, que quizá le sobró alguna serie, quizá fueron el regalo para el hijo de Javier Morano, a quien le brindó el toro y que desde el cielo de los niños ángeles pudo disfrutar del toreo de un torero grande ante un toro bravo..
Triunfo importante, por que importante era el toro, el de Francisco Barroso en Trigueros, ¡que gran toro de Prieto de la Cal! que lamina la del burraco cinqueño, bajito de agujas, ojalado, parecía una portada de la Lidia de principios de siglo. Se desplazaba largo, embestía con todo, se quería comer la muleta, rebosaba bravura y se encontró a un gran Barroso que sigue creciéndose en la pelea, cuanto menos torea mejor lo hace, se reconcentra el gusto y el coraje y hasta en el manejo de la espada desmiente la escasez de festejos, bien con ambas manos, pero con la de los cortijos y los millones sublime, la muleta siempre en la cara del toro, sintiéndose torero y gritando que no se quiere, que no se puede, ir de esto sin cuajar un toro así en una plaza de tronío. Chicuelina de rodillas de barroso ante el ojalado de Prieto de la Cal
Ventura trajo una cuadra novel a Trigueros, No se nota por su extraordinaria doma y capacidad de trabajo, pero ante el rajadito novillo destacó en banderillas con un valiente caballo castaño de nombre Bogotá y un atlético alazano careto que atiende por Mexico, Campero su inicio de faena encelando al toro con el marsellés. Valiente el caballo Bogotá que Ventura presentó en Trigueros
Doblado no se acopló con el jabonero de Prieto de la Cal. Después de brindar a la matriarca de esa casa ganadera, donde su padre se crió y su abuelo sentó cátedra entre los mayorales del siglo pasado, la embestida con la cara alta del toro y sus dudas impidieron más lucimientos. Preciosa lámina la del jabonero que tocó en suerte a Doblado
Antonio José Blanco, mostró ganas y disposición ante un novillo de Arucci de buen son y que se desplazaba mejor por el pitón derecho. Antonio José Blanco ante el de Arucci
Pérez Mota y Vilches pecharon con dos toros de Millares complicados, que se paraban a medio viaje, protestaban, miraban, se defendían y daban tornillazos, dos regalitos sobre todo el que cerraba plaza aumentados además los problemas por las reacciones del toro provocadas por la insuficiente iluminación artificial. Con el cambio de hora a las siete oscurece y estuvimos en la portátil, instalada en las instalaciones de la cooperativa del campo San IAntonio Abad, hasta bien entrada la noche.







Vilches dejo contadas muestras de su torería

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