No me gusta esta fiesta brava, que es nacional por que nació del pueblo, esté cada vez más alejada de una sociedad que, a pesar de mostrarse hipócrita, waltdisneysiana y enferma, es la nuestra.
No me gusta esta fiesta sistemica donde no hay oportunidades reales, donde los mejores toreros no se enfrentan a las diversas ganaderías más exigentes en un evidente y decadente sucedáneo de la verdadera fiesta brava.
No me gusta esta fiesta en que un agresivo puede saltar con inciertas intenciones al ruedo hasta setenta veces siete como una maldición bíblica en distintas plazas de España.
No me gusta esta fiesta en que los toreros se unen en contra de una empresa y no en contra del enemigo exterior. Esos toreros que en lugar de admirados héroes, son vejados como villanos miserables.
No me gusta esta fiesta brava en la que un torero rompe el rito y decide no matar un toro para reivindicar ante la autoridad no se que vaina de un individuo que ha saltado al ruedo en el toro anterior.
No me gusta esta fiesta a la que el estado ha dejado a su suerte y quiere dejar morir de inanición actuando o callando de forma desidiosa de pensamiento, palabra, obra y omisión
No me gusta esta fiesta en la que los ganaderos o son del sistema o ven enemigos en los toreros, los toreros ven enemigos en las empresas y las empresas tienden a desaparecer o a integrarse en el oligopolio.
No me gusta esta fiesta en que los aficionados se increpan entre si al grito de "toristas" los uno y de "toreristas" los otros.Y en la que la prensa sectorial habla de lo que quiere el sistema y calla lo que molesta.
No me gusta esta fiesta brava en que las ferias están cerradas en el mes de marzo.y lo carteles se repiten durante los últimos diez años con impúdica precisición.
No me gusta que no me guste como esta esto ni los derroteros que veo que va tomando el asunto. No me gusta no conocer la solución. No me gusta el pesimismo que me invade.
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