martes, 1 de mayo de 2012

Una Novillada de ensueño sin aprovechar en Las Ventas


Sixto Naranjo, Cope.es
Madrid, martes 1 de mayo de 2012. Un cuarto de entrada. Novillos de Nazario Ibáñez, desiguales de presentación y de buen juego en conjunto. Encastados 1º y 2º. Con clase y nobleza 3º, 5º y 6º. Descastado aunque con posibilidades el 4º. Ovacionados 1º, 2º, 3º y 5º. Mario Alcalde, silencio tras dos avisos en ambos. Antonio Puerta, ovación tras aviso en ambos. Rafael Cerro, vuelta con protestas tras aviso y silencio tras dos avisos.

Las casi tres horas que duró el primer festejo de la Comunidad en Las Ventas tuvieron un solo protagonista. En este caso en plural, los novillos de Nazario Ibáñez, encierro previsto para el pasado domingo y que se ha jugado este martes. Novillos para haber salido lanzado del coso venteño por variado e interesante juego. Con novillos encastados como los dos primeros, tres más con nobleza y clase para aburrir, y uno descastadito pero aprovechable de haber sabido tocar las teclas necesarias como fue el cuarto.
Hoy, la fría reseña ha sido fiel reflejo de lo vivido en el ruedo. Ninguno de los tres novilleros anunciados han sabido ni podido redondear faenas a la altura de los ejemplares. Tirando de frase hecha, la novillada se ha ido con las orejas al desolladero.
Quien más cerca estuvo de obtener premio tangible fue el extremeño Rafael Cerro en el tercero, un animal de dulce en la muleta. Noble y clase a raudales que Cerro supo conducir más y mejor en la primera mitad de la faena, con series en redondo templaditas y con gusto. Bajó algo el pistón el novillero por el pitón izquierdo para volver a subir en intensidad en el último tramo con unos doblones muy toreros. Pinchó antes de la estocada para dar una vuelta al ruedo que fue protestada por un sector del público.
El  sexto fue un precioso carbonero que fue ovacionado de salida que, tras no definirse en los primeros tercios, rompió a embestir por abajo en la muleta. El novillo se comía el engaño que le presentaba Rafael Cerro y hacía el avión rebosándose en su viaje. El extremeño supo correr la mano con temple y buen aire pero acabó algo amontonado. Eso, y la tardanza en caer del novillo hicieron que el público optase por abandonar la plaza con la noche ya echada y el frío azotando los tendidos.
Mal sin paliativos ha estado Mario Alcalde durante toda su actuación. En su descarga decir que volvía a vestirse de luces tras una operación de rodilla reciente. Pero si no estaba para venir a Madrid, flaco favor se ha hecho el novillero conquense a sí mismo. El primero fue un novillo encastado que se movió como un rayo cada vez que veía un trapo rojo delante. Alcalde acompañó más que mandó, sin bajar nunca la mano y queriendo componer la figura cuando el novillo pedía fibra y gobierno. Por ahí vino un susto cuando pasaba sin ajuste a su oponente por el pitón izquierdo. Sonó una aviso mientras todavía toreaba al novillo, llegando a escuchar un segundo antes de que doblase el astado.
El cuarto fue el más ejemplar más mansito del encierro del hierro murciano. Sin embargo, pese a esa falta de raza, el utrero seguió la muleta de Mario Alcalde cuando éste acertó a dejar entre pase y pase la muleta en la cara. Pero fueron las menos, y la imagen del novillero quedó muy difuminada entre desconfianzas y falta de temple. De nuevo escuchó dos avisos.
Otro novillo de alta nota lo enlotó Antonio Puerta en su primer turno. El utrero tuvo motor desde que saltó al ruedo venteño y llegó al último tercio embistiendo con clase y ritmo. El novillero de Cehegín supo llevarlo templado y ligando los muletazos, especialmente por el pitón derecho. Faltó apretarse más con el novillo y más acoplamiento por el pitón izquierdo, por el que pasó de puntillas. La serie más rematada llegó casi en las postrimerías de una faena que no supo rematar a espadas.
El quinto fue otro novillo con nobleza pero al que si hay que ponerle un pero, fue cierta tardanza en sus primeras embestidas. Pero cuando lo hacía, seguía con nobleza la muleta de Puerta. De nuevo hubo mejor nivel a derechas que a izquierdas en un quehacer que tuvo el apoyo incondicional de sus paisanos. Se atascó con la espada, llegando a pinchar en cuatro ocasiones y sonando hasta dos avisos.
Siguen saliendo buenas novilladas esta temporada en Las Ventas y ningún novillero verdaderamente reforzado. Algo falla...

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