MADRID, 24 de mayo de 202.
Décimo cuarta de feria. Dos tercios de entrada. Cuatro toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de trapío y juego; un sobrero de Carmen Segovia (2º) y otro de Salvador Domecq (6º), ambos de escaso juego. Sebastián Castella (de azul cielo y oro), silencio y gran ovación tras dos avisos. Daniel Luque (de grosella y oro), silencio y silencio. Diego Silveti (de blanco y oro), que confirmaba la alternativa, ovación y silencio.
Tampoco fueron los cuvillos. Y se salvó la corrida por el cuarto, que tuvo la suerte de caer en manos de Sebastián Castella, porque en los primeros tercios tampoco transmitía mayores esperanzas. Pero el torero apostó con mucha fuerza, confiado en que el toro podía sacar el buen fondo que tuviera. Y le extrajo hasta la última gota.
Pero fuera de esta excepción, la corrida de Núñez del Cuvillo no tuvo nivel. Presentada en escalera, con escaloncitos muy bajos y otros un poco más altos, tapándose un poco a base de un cierto descaro de pitones; de hecho, tres ya fueron protestados nada más aparecer en el ruedo. Luego las fuerzas estaban muy limitadas --dos tuvieron que pasar a la jurisdicción de Florito-- y de raza no andaban sobrados. Vamos, bastante en línea con lo que viene siendo el nivel ganadero de esta feria, con la excepción de Alcurrucen.
Será porque han dejado en el campo la corrida importante, para lidiarla en la Beneficencia, pero desde luego la de hoy no justifica el doblete que esta ganadería ha hecho en los carteles. Y son reincidentes: ya van dos años iguales, que menudo tropezón tuvieron con el doblete de la feria de 2011. Pero no hay que preocuparse, si lo exige el guión de las exigencias toreras, otras dos habrá para el año que viene y así hasta que el cuerpo aguante.
Lo único seguro es que llevamos ya 11 corridas de toros y tan sólo una ha levantado cabeza. Si eso no es de preocupar, es que hay que gente decidida a ir con paso firme camino del abismo. Y eso que en Madrid a falta de uno se cuenta con tres empresarios asociados. Como decía un amigo, “no me gusta nada la cara de este enfermo”.
Espada al margen, que es mucho margen, importante, muy importante, ha estado Sebastián Castella con el cuarto. El “cuvillo”, algo más cuajado que sus hermanos, no había hecho un buen tercio de varas, como tampoco destacó en banderillas. Tan es así que más de uno se extrañó que el torero se fuera tan decidido a brindarlo desde los medios. Con su estoicismo por delante, allí lo esperó.
A partir de ahí, todo fue ir a más. Le aguantó las tarascadas en las dos primeras series, para luego someterlo por abajo con una muñeca muy precisa. Series largas con ambas manos, reunidas y sentidas, en las que la cara del torero era un poema de satisfacción. La de los aficionados, también. Tanto que el primer aviso sonó cuando aún estábamos en plena faena. Sí señor, así se levanta uno de la cama después de una cornada, ahora hace 8 días. Pero la espada no funcionó: el primer viaje quedó en un metisaca, porque había caído en los bajos; en el segundo, más de lo mismo, pero porque corría el riesgo de aparecer media espada por el costado contrario. La Puerta Grande se quedó en una señora ovación. Pero ahí queda lo hecho.
El otro momento, aunque en menor nivel, lo ofreció el confirmante Diego Silveti, hoy por hoy el último eslabón de la larga y honrada dinastía mexicana. Me gustó su quite por gaoneras, porque cargó la suerte, no hizo el poste. En la faena de muleta hubo una serie con la derecha con grados de excelencia, junto a otras sencillamente buenas. Cierto que al de Cuvillo le faltaba un tranquito de más, pero quizás tampoco el torero le atacó en el momento oportuno para redondear más si actuación, que en cualquier caso fue muy torera aunque no arrebatadora.
Poco se le podía pedir a Castella con el sobrero de Carmen Segovia, suelto y con poco motor. Y otro tanto ocurrió con Silveti y el cinqueño de Salvador Domecq que cerró plaza.
En medio, un Daniel Luque esforzado pero con una materia prima muy limitada para hacer su toreo
|
jueves, 24 de mayo de 2012
Importante Castella
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario