La España que conocemos se nos acaba. En mi infancia hoy, día de la Inmaculada, nos felicitábamos, este era el día grande de la Patrona de España y la Patrona de la Infanteria.
Son los síntomas cada vez más evidentes, una teutona antipática, excomunista e histérica y un nepotista judio, francés de segunda generación, nos marcan la política económica, la misma que no hace mucho manejaba el Gran Capitán, mientras el Banco de España sigue cerrado aquí, tras de mi, en la Plaza de las Monjas.
Los niños en los recreos de Esplugues del Llobregat no pueden hablar la lengua de sus mayores, a no ser que hablen la bonita lengua de Cambó, ni podrán jugar al trompo, ni al chicharito la haba. Tampoco pueden los ciudadanos de San Cucufato del Vallés ver corridas de toros en la Monumental ni en las Arenas, plazas de toros de la capital de su provincia.
Todo lo controlan los sheriffs, municipales, mossos, miñones y ya no hay guardias con tricornios.
Urdagarín mete la mano, el rey va disfrazado de reportero de Caiga Quien Caiga, no tiene pinta Felipe de Borbón y Grecia de reinar.
Me decía un joven carnicero que tras cada anciana que muere, pierde una clienta que nunca se repone. La gente de menos de treinta no hacen puchero "con todos los avíos" y el pollo de granja y engorde en cuarenta días lo compran en Mercadona junto a la cerveza de lata de marca "nisu".
Acabo de ver en la Iglesia de la Concepción de Huelva, rodeado de fieles septuagenarios, dos tunas cantando en la vigilia, la edad media de los componentes era de cincuenta tacos.
Luego me doy un paseo por una ciudad sin apenas tiendas, se han desplazado a absurdos e innecesarios "centros comerciales". No hay iluminación navideña en este macropuente de tradicional consumo y entro en una moderna cafetería donde tienen ginebras de colores pero no saben ni que es un oloroso, las tabernas murieron de éxito hace décadas. No hay coches por el centro de mi ciudad como en Praga, los municipales no saben andar, van en supermotos con su sueldo de medio millón, de las pesetas que ya no existen sino en la mente torpe de gentes de más de treinta.
Los etarras andan ahora, dicen ellos que en paz, acreditados en los parlamentos, con grupo propio o en el totum revolutum del grupo mixto.
Se me queda España sin tabernas, sin curas, sin pesetas, sin toros, sin puchero, sin tunos, sin Banco de España, sin ETA, sin borbones, sin tricornios, sin cruzcampos, sin español.... Ni la madre que la parió la conoce, ni sus hijos tampoco, Don Alfonso, que sigue de diputado, esto no cambia, ni la fiel Infanteria, que por saber Morir sabra vencer
1 comentario:
Hola, estoy totalmente de acuerdo con tu comentario.España se nos acaba y esto va a peor. Saludos
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