Son las dos caras de la moneda del toreo.El derecho, que tenía que ser más derecho, y el enves, que no quiere guerras ni consigo mismo.Las fotos son explicitas.
Juli ha demostrado su raza y se apunta a la del Ventorrillo el día 12, corrida de garantías con la que ya ha triunfado en Sevilla. Se come su orgullo de figurón, se tragará los "miaus" de cuatro idiotas e intentará cambiarlos por Oles, se muerde el labio cuando comprende que va ganando la mitad que JT, pero sus dos tardes no le han colmado sus ansias, sus fallos a espadas las han minimizado aún más y el quiere mandar. No ha dudado, su entorno le apoya, el riesgo existe pero de los cobardes nunca se ha escrito nada heroico, esta es la tercera en Madrid, Manolo Sánchez y Alejandro Talavante en el agradable cartel, en el dinero de las otras dos y con todos los pronunciamientos favorables para triunfar.
Morante dijo no a la otra sustitución del de Galapagar, el 3 de junio junto a El Fundi y Castella, con la corrida de Victoriano del Río. El de La Puebla no siente la endógena necesidad acuciante de triunfos que padece el madrileño y sin la exigencia exógena, crónica de los artistas, su público le sigue esperando y le soporta casi todo, sin un apoderado que entienda esto como la necesaria batalla por ser la mejor versión torera de uno mismo, con la finca por fin pagada y cierta estabiidad en su faceta más íntima el "no" ha surgido fácil y natural. Una Pena
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