viernes, 21 de mayo de 2010

Así se va a Madrid. Cuadri lidia en Las Ventas un corridón de toros



Con estos “Medallas de oro” va Cuadri a Madrid.
La ganadería onubense lidia una corrida con la máxima expectación el próximo domingo en Madrid.
Es la corrida más importante del año para la familia Cuadri.

Mañana de primavera, Comeuñas nos recibe como siempre, amabilidad “sin mariconadas”, socarronería cariñosa y la bravura en plenitud. Por más veces que pasemos el cancillo de de Juan Vides dirección a los cercados de los toros de saca, que diría un clásico, no dejamos de percibir la sensación de que volvemos a profanar el templo de la bravura, que se nos muestra con el fondo del vergel que esta primavera guapa de lluvias y soles ha regalado a la dehesa onubense.
El abejaruco nos saluda iluminando el campo con su aleteo, la abubilla se entretiene en rebuscar bajo los panesyquesos. La mañana rompe en agua, ocho toros esperan en dos cercados, rematados de presencia, elegidos desde utreros para la gloria de la más importante plaza del mundo.
“La corrida de Madrid” es la indiscutible estrella mediática de la ganadería, nos cuentan que esta mañana los franceses han llenado de cámaras y micrófonos el campo bravo, Arjona acaba de retratar el corridón de “Las ventas”, Valverde del Camino, siempre con Cuadri, mantiene un corresponsal casi perenne, hoy es Paco Bolaños quien da fe del trapío de los Santa Coloma, para luego contarlo en el casino y la peña, hasta el campo bravo onubense ha llegado algún miembro de ese absurdo club que es el temible 7 de Madrid, que nos dicen que se ha marchado encantado del trapío de la corrida.

Las estrellas mediáticas no se cansan, posan con garbo, chulean de guapos, disfrutan de su hondura, se enorgullecen de su casta única, alardean de pitones, recuerdan sus ancestros (este es de los onubenses, el colorado de los zapateros…), se pavonean con la seguridad de una maniquí por la pasarela de Milan. Gaspar y José Escobar ejercen de cicerones, y todo es lento, pausado, medido y puro. Las exclamaciones surgen del fotógrafo, “ese es un pavo”, “el castaño es una belleza”
Nos cuenta el ganadero que el peor momento será la mañana del embarque, Ese día buscará al 28 debajo de la encina donde duerme los últimos diez meses, Gaspar, irá a buscar, descreído por fuera partido por dentro al Artillero, siempre hermanado con Barbacoa, del breve valle junto a la alambrada donde andan encollerados desde siempre, desde el herradero, desde el destete, asevera el ganadero. Juntos, iniciaran el último camino hacía el embarcadero. Con cada camada se marcha un trozo del corazón ganadero de la casa Cuadri.
Relata Fernando que si ve pronto el momento de ceder el testigo es para evitar estos momentos de nostalgia necesaria. Los toros son embarcados directamente a Las Ventas, ahora que la Venta del Batán se está remodelando, el viaje es largo, José Escobar, Jou en la casa desde siempre, ejerce de guardián de la pureza de sangre, de la integridad y la trazabilidad de los Cuadris. El camión será su único interés hasta los corrales de la primera plaza del mundo, allí pasará luego el día, entre puros, convidadas, mayorales señeros que lo admiran y el mal rato del reconocimiento, donde cuatro licenciados analizan con lupa lo que Escobar conoce de memoria, la vieja herida de la cornada del 56 el pasado invierno, el andar pausado del badanudo 59, los pitones rabiosos del 59. Ahí se dirime la suerte, “que nos dejen pasar siete” pide el ganadero que sabe que lleva toros para pasar cualquier examen, el nervio no se percibe en esta casa más que en el gesto hondo, la seguridad del deber cumplido marca la línea pasada del remate, el morrillo marcado, la badana bamboleante, el músculo perfilado en las mañanas de teórica, el pelo brillante de las muchas habas que cada mañana se vertían en los rústicos comederos. Los tordos jacos andan pacientes tras el encierro, el mosquero pendulea entre las orejas con buen son, muchas mañanas de gimnasia tras los escogidos de los madriles, los reyes de la dehesa.

Ocho son del club de la cita del domingo. El 40 Duende de la familia de los brujos, el 62 Remendón de la gente de los zapateros, como el castaño guapo de la corrida. El 59, Infante, todo un artillero el 56 un pavo que se llama Berreón, de un encaste de llorones impenitentes, el 55 con el nombre de Lagunero, de los amigos de los pantanos (Cenagoso entre sus nobles ascendientes), el 28, Cocinero y el 58 Barbacoa, de la familia de los cocinillas.
Mientras ustedes lean están letras un camión preñado de bravura andará por esas carreteras de la Mancha camino del foro. El corazón ganadero andará por la dehesa silencioso y preocupado, no por el resultado del festejo, que en Cuadri hay raza, formas, alimentación y cariño para que el triunfo sea sólo un accidente. Lo sustancial es sin duda que en ese camión va una forma distinta de criar el toro, el corazón de una familia ganadera y la afición de un pueblo que solo espera que este lunes de Pentecostes salten de las imprentas los diarios con titulares unánimes glosando la bravura y la casta de los de Comeuñas.




Así se va a Madrid, ganaderos.
Ocho toros, de pelo brillante, badana majestuosa, cara sobrada, pitones agresivos, romana grande que no excesiva, músculo perfilado, hondura profunda y belleza brava.
Los ocho toros con los que cualquier ganadero sueña lidiar en Madrid, los ocho toros que sueñan el triunfo de la seriedad, la importancia de la personalidad, el triunfo de lo distinto y único.
Melones por calar, si, pero con la certeza de las cosas bien hechas, Ya sólo queda desear suerte.
La teórica.
Amanece en Comeuñas, son los últimos días de Enero, la rociada se difumina humeando en la dehesa, dos jacos tordos avanzan despaciosos y firmes, el metálico sonido de la cancela despierta la modorra de la noche. “Los toros de Madrid” se desperezan, remolones se dejan llegar los caballos hasta la grupa y comienzan a andar delante del mayoral.
Desde ese día y hasta el pasado lunes no han pasado dos días sin “teórica”, los hombres del campo hacen andar trotar y galopar al ganado bravo, más de una hora, por terrenos enfangados, con lluvia frio o calor, ahora que salen las hermandades camino de la bendita aldea.
La idea es muscular, fortalecer, enrazar los toros que se van a lidiar en Madrid. En esta casa no se lleva bien que salgan toros descastados o flojeando de remos. La medicina preventiva se llama teórica, se imparte en moderadas dosis en la mañana, el doctor se llama José Escobar, con el practicante Gaspar a su vera.

2 comentarios:

Juanito dijo...

Magnificos toros Javier y además van acompañados con la prosa de tu cronica, me gutaría que dieras un tu opinión de los que pueden salir para la vuelta al ruedo.

Anónimo dijo...

felicidades a todo el mundo de comeuñas. a mi fernando, tambien se me saltaban las lagrimas, aunque fuese por la tele ver los aplausos del arrastre. estuve toda la corrida recordando tu finca, y como no,vuestro cercado, "para la corrida de madrid". gracias ganadero, de un aficionado a los toros y suerte

Haciendo hilo

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