domingo, 14 de septiembre de 2014

Texto del pregón de Miguel Ángel Perera en Albecete



  

Me presento ante ustedes con una enorme satisfacción. Ser pregonero en esta tierra que tanto quiero, ha sido de las cosas más bonitas que me ha traído mi profesión, ésa por la que tanto ustedes como yo estamos hoy aquí: la fiesta de los toros.

No es tarea fácil ésta que me han encomendado, porque soy persona de pocas palabras. Pero hoy, quisiera hablar de sentimientos, por lo que es mejor dejar que  se exprese el corazón.

Y mi corazón me lleva a evocar esta tierra, con todo el afecto desde mi debut aquí, como matador de toros, en el año 2005.
Dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que el pregón es un acto de promulgación en voz alta, de un asunto de interés para el público y, particularmente, el acto con el que se inicia una celebración.
Y es que Albacete está ya de fiesta.
Estáis próximos al comienzo de las fiestas que honran a vuestra patrona, la Virgen de los Llanos. El día  8, festividad de la Virgen, día grande, la plaza de Albacete abrirá sus puertas para celebrar el primer festejo de la feria, con una corrida de toros, en un cartel en el que Miguel Tendero, torero de aquí, alternará con Pepe Moral y Román, 
y así sin descanso hasta el día 17 cuando, con los toros de Daniel Ruíz, haré el paseíllo junto a El Juli y Sebastián Castella.
Serán diez tardes ininterrumpidas de toroslo que da la idea de la dimensión, de la importancia de la feria  taurina de Albacete.
Y es que, estimados amigos, es un gusto ver que llega septiembre y que los toreros volvemos a “La Chata”, una plaza que se construyó porque así lo propuso un alcalde y así lo quiso el pueblo.
Albacete es cuna de gentes afables y trabajadoras, amantes y guardianes de su historia. Puede ser esta esencia la que me hace sentir como en una segunda casa.
Les puedo asegurar a todos ustedes, que me gusta esta tierra, no solo la capital; también la provincia. Con cierta frecuencia acudo al cortijo del Campo de Alcaraz de Daniel Ruiz, a Elche de la Sierra con Daniel Martínez o a Los Prados con mi amigo y admirado maestro  Dámaso González.
Maestro, si grande era la admiración y el respeto por lo que ha sido y por lo que ha hecho delante del toro, más grande es el privilegio que siento por gozar de su cariño y amistad.
Para mí ha sido una fuente en la que he bebido para crecer como torero, por el sitio que le ganaba a los toros, los terrenos donde se encontraba a gusto, y el temple, y el poder para sacar un muletazo tan largo estando tan cerca del toro.
Pero no es solo esto lo que me ha cautivado del maestro, me ha cautivado su humildad, su sencillez, su generosidad. No existe para mí el reloj cuando estamos en Los Prados y nos sentamos para hablar del toreo. Me gusta que me cuente lo de antes, lo que yo no he podido vivir,  sus anécdotas y sus vivencias.
Aquí en Albacete también he paseado por sus calles, por la calle Ancha, el Altozano hasta la Catedral, calle de la feria hasta el recinto, que aunque no con la frecuencia que quisiera, sí he estado alguna vez saboreando  una noche de feria tras haber toreado en esta plaza. Creo que no me pierdo en vuestra ciudad.
Y es que aquí, donde hoy me encuentro ante ustedes,  me reafirmé en la temporada de 2007, una de las más difíciles de mi carrera.
Vine a una corrida, la de Martelilla. Le corté tres orejas, y acabé toreando otras dos más. Una, en corrida mixta, y la otra, la que cerraba la feria, con Juli y Cayetano en el cartel. Lidiamos reses de Daniel Ruíz.
Fueron tres puertas grandes que jamás olvidaré, por lo que significaron para mí, y por lo que supusieron  para todo lo que vino después, profesionalmente hablando.
Desde entonces, ésta ha sido una de mis plazas. Y, mucho más desde que indultara a “Pescadero” en septiembre del año pasado. ¡Qué gran toro de Daniel Ruíz! Y cómo lo vivió la afición.
Hoy estamos en un pregón taurino, y todos ustedes están tan convencidos como yo de la grandeza de nuestra fiesta. Pero en estos tiempos convulsos, no está de menos que entre nosotros nos retroalimentemos y reafirmemos en la creencia de que éste es, como decía Federico García Lorca, “el espectáculo más culto que existe”.
No son más quienes están en contra de los toros, pero sí están bien organizados. Nosotros entramos por miles a las plazas, mientras que a las puertas de muchas de ellas tenemos que soportar que grupos minoritarios, muchas veces no llegan ni a la docena, nos insulten.
Toreros, aficionados y público en general sentimos la incomodidad de la agresión verbal que, de seguir así, podría ir a mayores, y sería lamentable para todos. Debemos sentir el orgullo de que somos muchos, extraordinaria mayoría diría yo, los que amamos la fiesta de los toros. Precisamente esta región, Castilla la Mancha, es una en la que más festejos taurinos de todo tipo se celebran en España.
Éste es un espectáculo democrático, donde el público que asiste es soberano, donde hay mucha verdad, libertad, e independencia, cosa que yo al menos busco con verdadera inquietud.
La fiesta de los toros no entiende ni debe entender de ideologías, pero es cierto que de un tiempo a esta parte, se está utilizando políticamente de una forma vergonzosa. Algunos, cuando necesitan algo del sector, o ven que pueden arañar un puñado de votos, nos hacen promesas que jamás se cumplen; otros que no se manifiestan en contra de  los toros, se mueven en una ambigüedad increíble. En privado te dicen que son aficionados y que les gustan los toros, pero públicamente se tapan, e incluso no se dejan ver por las plazas de toros, cosa que antes hacían, porque quién sabe, si en algún momento se tendrán que aliar con grupos que públicamente sí se manifiestan en contra, e incluso hablan de prohibirlos.
Desgraciadamente, tanto unos como otros hacen lo que tengan que hacer por conseguir unos votos que le lleven al poder, que es en definitiva el objetivo del político, porque eso de defender al ciudadano sinceramente,  de algunos políticos, no me lo creo. 
El pasado miércoles hemos tenido una gran noticia: la Corte Constitucional de Colombia se ha pronunciado a favor de los toros, y ordena al antitaurino alcalde de Bogotá a reabrir su plaza de toros, que  cerró en 2012.
Pues bien, en España todavía estamos esperando que haya un pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre la prohibición de los toros en Cataluña.
Lógicamente estoy generalizando, y no es justo porque, por fortuna, sí contamos con algunas excepciones, como por ejemplo, la del ayuntamiento de esta ciudad, que siempre apostó por los toros y que sigue haciéndolo ahora con su alcaldesa al frente.
Señora: muchas gracias.
También hace pocos días, la Presidenta Cospedal, en el debate del estado de la región, anunciaba que se celebrará en Albacete, el próximo año, la primera Conferencia  Internacional Taurina.
Por tanto, gracias desde aquí a todos aquellos que desde sus cargos públicos apoyan la fiesta de los toros sin complejos, la defienden y la promocionan.
Ahora creo que más que nunca que  el toreo necesita del respaldo de las instituciones públicas, y necesitamos responsables políticos valientes, que nos amparen ante tantos ataques como estamos sufriendo, porque la fiesta de los toros tiene que perdurar.
Cuando llegaba, he leído un eslogan que dice “sin toros no hay feria”. Yo también lo creo. Sin toros muchísimas ferias perderían su fuerza, su idiosincrasia. ¿Os imagináis la feria de Albacete sin toros?  Yo no.
Me considero artista, y esbozo con mi capote y mi muleta movimientos que hacen que el público se estremezca. Pongo en juego mi vida por lograr aquello para lo que fui llamado a este mundo. Y allí, en el redondel, estamos el toro y yo, en una conversación que sólo  nosotros conocemos.
En ese momento, el toro es mi verdad. Y nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a quitarme ese instante. Ni a mí, ni a todos ustedes, que son capaces de emocionarse y recrearse en lances efímeros, pero que pueden durar en su recuerdo toda una vida.
Yo no tengo antecedentes taurinos en mi familia. No sé por qué, pero veía corridas de toros en la televisión, y aquello me llamaba la atención hasta tal punto, que entre mis hermanos y yo, pasábamos las  tardes toreando. Inventamos una muleta con un palo que metíamos de lado a lado en una camisa de nuestro padre.
Después llegó la adolescencia, y el descubrimiento del campo, del toro como animal, y de lo que iba a ser mi vida:  quería ser torero.
A ese sueño le dedico mis horas, mi vida. Algunos podrían decir con cierta osadía que, incluso, mis mejores años, y no es así. Qué triste tiene que ser no ser dueño ni de tu vida ni de tu destino.
Y mi destino me ha traído hoy hasta aquí, a este Albacete cuya plaza sirvió de inspiración para la monumental de Las Ventas de Madrid, la primera plaza del mundo. Ambas las realizó el mismo arquitecto, Julio Carrilero.
Aquí, entre los muros de influencia mudéjar de las Torretas, atravesando la puerta principal con su forma de arco de herradura, bajo las piedras de Novelda, ustedes sueñan con faenas de ensueño. Nosotros, con faenas soñadas.
Esta tierra, sobre la que el crítico taurino K-Hito dijo en los años 50 del siglo pasado que, “la cuna del toreo es una cuna con ruedas, que de Ronda y Sevilla se ha ido a Albacete”.
Es un placer recorrer la plaza de toros por su interior y comprobar el buen número de matadores de toros que ha dado Albacete, desde Cándido Martínez Pingarrón, “Mancheguito”, que tomó la alternativa un 9 de septiembre de 1895, hasta la de Miguel Tendero, que fue el 2 de junio de 2009 en la plaza de Las Ventas de Madrid. 
Nada  más y nada menos que 57 azulejos en los que aparecen los nombres de toreros, con todos los datos de alternativa, nacimiento etc. Ahí está la prolija historia taurina de Albacete, a la que me estoy refiriendo esta noche pero que sin duda vosotros conocéis mucho mejor que yo.
También los ganaderos de la tierra están ahí reflejados, como elemento principal de la fiesta, porque nada más y menos que nombres como los de Daniel Ruíz, Samuel Flores, Daniel Martínez “Las Ramblas”, Fernando Moreno “Los Chospes”, Sonia González, jalonan la historia ganadera de la tierra.
Todo lo que soy, que va mucho más allá de todo lo que tengo, se lo debo al toro. Me esfuerzo día a día por ser mejor. No hay descanso. Y cada día, más afición. En este 2014 cumplo diez años como matador de toros. He salido dos veces consecutivas por la puerta grande de Madrid, y me han visto triunfar en otras muchas ferias.
Pero lo mejor de todo este tiempo, son todos ustedes. Mis seguidores incondicionales, y quienes de verdad sostienen la fiesta.
A ustedes les debo toda mi gratitud. A su ayuntamiento, que es consciente de lo que la feria taurina de septiembre aporta a la ciudad, y por ella apuesta, y a ella le dedica esfuerzo y cariño.
Algún día, si Dios lo quiere, seré padre. A mis hijos quiero llevarles a los toros, a ellos quiero explicarles en presente toda esta grandeza que está en nuestras manos y en nuestra responsabilidad cuidar y proteger.
A ellos les quiero traer a Albacete una y mil veces, porque aquí resurgió su padre, porque una vez le hicieron pregonero, porque abrió todas las veces que pudo su puerta grande, y porque a la virgen de los llanos le pidieron por él todos ustedes.
Vaya por ella, esta faena verbal, que ya llegarán las dos tardes en la próxima feria, en la que, como siempre que he venido a esta plaza, intentaré de nuevo triunfar, intentaré de nuevo darlo todo, e intentaré de nuevo que todos los que estéis en la plaza esos días, volváis a disfrutar con mi toreo.
He hecho un alto en mi temporada, aunque nada más terminar este pregón saldré hacia Ronda, donde toreo mañana, y será allí cuando estoy seguro que recordaré este tiempo tan agradable que estoy pasando con ustedes.
Volveré pronto a la feria de Albacete, donde tengo dos compromisos muy importantes.
¡Qué viva la feria taurina! ¡Que viva Albacete! 

No hay comentarios:

Haciendo hilo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...