- Muy bien dice el julay del edil, pero ¿Ese Pepe Moral, quien es?
Pues nada ahí lo tiene, saleroso enterado, porque los Lozano lo saben y lo han puesto.
A ver si se entera, por que como ustedes gestionen todas las concejalias con esa visión de la realidad, todavía se estará alumbrado su ciudad con farolas de gas, y faroleros con escalera.
Cornadas para Todos
El valor de Román arrolla la puerta grande y el toreo de sentimiento de Pepe Moral se va a pie
El segundo de más hacerlo, coserlo a la tela y hacerle descolgar. Pepe Moral ahí se reivindicó y confirmó todo: es el torero revelación de la temporada. Su forma de hacer el toreo está preñada de personalidad auténtica. Lo siente y en cada muletazo se rompe y se desgarra. Es la cintura quebrada, es la barbilla pegada -pegada, hundida-- al pecho que se va tras la embestida, es las plantas asentadas y el compas abierto en su justa medida. Tras un inicio no propicio, una primera tanda. Al segundo muletazo paró los relojes. El temple se podía palpar. La velocidad detenida: el mando del toreo. Lleno de toro, enroscados los muletazos. Los naturales dibujados por abajo. Era el toreo en la dimensión del sentimiento. La espada mandó al traste el triunfo. Un pichazo, y dos más siendo cogido. La taleguilla hecha trizas. Vuelta al ruedo.El público estaba con él. Pepe Moral se la jugó con el quinto. Faena en la que acortó distancias por sistema. Mucho atragantón, un gañafón del tobilló a la barbilla lo silueteó y algún muletazo hondo y sentido. Había que ganar mucho la acción, aprovechar la inercia. Tres ligados en redondo. Un estocada corta y un descabelló. Una oreja.
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FERIA DE LA VIRGEN DE LOS LLANOS
Importante Pepe Moral
«No abras a los desconocidos ni al primero que toque el timbre». Ni dejes a Manolo Cortés.
El vestido de Pepe Moral había quedado reventado. La taleguilla desgajada desde la ingle derecha hasta los machos. Y la carne intacta. Un milagro.Tanta rabia había provocado en Moral el pinchazo, que le hirvió la sangre y se tiró a matar o morir. Después de torear tan despacio, procedía el suicidio si se escapaba el triunfo. Y entre los pitones del jandilla se encunó el torero. Otra vez hueso en el camino del acero. Cayó el kamikaze como un árbol en la cara del toro, que le afeitó la yugular. A la tercera, la vencida. Pero en el atragantón Pepe quedó colgado de un pitón. La espada por fin se hundió a cambio de la paliza.
Moral había entendido a la perfección la nobleza del jandilla que mejoró en sus manos. Porque le concedió la media distancia y sobre todo porque lo templó una inmensidad. La segunda serie de derechazos -tercera de la faena si se cuenta la obertura pendular- se antojó sublime. Más redonda aún que la expresiva tanda anterior. Y con la izquierda siguió en ese son de hacerlo con los vuelos que descienden de las yemas de los dedos. El muletazo del sevillano es muy bueno. Un cambio de mano por la espalda y apuró al natural. Detalles de torería y el suceso de la espada. La vuelta al ruedo no contaba con toda justicia lo acontecido en la plaza que primero le dio chance tras el aldabonazo del Corpus.
De este sándwich trató de escapar Pepe Moral con un quinto zambombo (615 kilos) de Borja Domecq, que se había despachado una seria escalera. Y estuvo tremendo el tipo con el zamacuco de guasa sorda al que, a base de dejarle meter la cara y consentirle, le marcó el Norte y el Sur, la ruta y la senda. Atado al piso, ya descalzo -fea manera de abandonar las zapatillas como traineras a la deriva-, se tragó los recados. Importante tarde, refrendada ahora con el acero. De peso la oreja para el gran momento de Pepe Moral, llamado a funcionar en 2015. Consejo paternalista como cuando nos quedábamos solos en casa: «No abras a los desconocidos ni al primero que toque el timbre». Ni dejes a Manolo Cortés.
Aplausos
Pepe Moral perdió el triunfo con la espada ante el buen colorado que hizo tercero. Quitó por chicuelinas y tafalleras, arrancando con la muleta después con un pase cambiado por la espalda. Luego, ligó bien los muletazos por los dos pitones, toreando con temple, profundidad y bajando bien la mano. Conectó con los tendidos el sevillano, que tras cerrar al jandilla con bellos muletazos por bajo pinchó, siendo volteado en el segundo y tercer viaje, agarrando en este último una buena estocada. Salió del trance con la taleguilla destrozada, dando la vuelta al ruedo.
Se quitó el mal sabor de boca de no tocar pelo ante el quinto, un toro que tuvo emoción porque no puso nunca las cosas fáciles, que sacó genio y exigió mucho al torero. Sin embargo, Moral, lejos de renunciar a la pelea, le plantó batalla dispuesto a todo y acabó sacando pases de mucho mérito por los dos pitones. La faena fue vivida con interés y tensión por parte del público. Compromiso, raza y valor del sevillano, que cuajó una actuación de gran mérito, en la que se impuso a las dificultades del de Jandilla hasta acabar cortándole una oreja de ley.
Paco Mora
Pepe Moral ha llegado a la Feria de la Virgen de Los Llanos de Albacete, con la hierba en la boca y pidiendo paso para los carteles de lujo de las ferias importantes de la geografía taurina. El público de Albacete, tierra de toros y toreros, al que es difícil hacerle comulgar con ruedas de molino, se le ha entregado con armas y bagajes. Su gran disposición, una colocación extraordinaria y una manera de encajar los riñones como muy pocos –por no decir ninguno- de los toreros actuales, son virtudes que le permiten hacer un toreo de manos bajas y mucha calidad que está pidiendo a gritos el reconocimiento de las empresas y su inclusión entre las figuras. Con un poco de suerte con la espada, hoy habría acompañado al valenciano Román en el éxito.
COPE
Mientras Román triunfa, Moral torea
Por su parte, el natural de Los Palacios, Pepe Moral, trenzaba el paseíllo con el halo de matador de toros con gusto y empaque y así lo demostró en el albero albaceteño. Con el segundo de la tarde construyó una faena inconexa aunque tuvo algunos momentos de enjundia, especialmente con la zurda. Con la mano diestra, pese a tener repercusión en los tendidos, revistió menos pureza. Fue arrollado al entrar a matar y, a Dios gracias, sólo recibió la paliza. La vuelta al ruedo, de mucha valía.
Mundotoro
En esta primera corrida de la Feria, a los aficionados les sedujo el toreo dePepe Moral, sensacional en el segundo, del que perdiò las orejas con la espada y muy enfibrado en el quinto. Cortó una oreja, que no refleja ni de lejos la dimensión ofrecida en su debut en la capital manchega.
Pepe Moral toreó con empaque, asentamiento y mucha firmeza al segundo, otro buen toro, que lo prendió de modo aparatoso pero sin consecuencias al entrar a matar. Con el traje hecho trizas entró a matar pero la espada no quisó entrar y el premio se disipó. Luego el quinto se lo pensó antes de acometer de modo rebrincado y a regañadientes. Atornilló las zapatillas en la arena el sevillano, le pisó los terrenos al toro y acabó dando consistencia a una faena recia y sobria, de gran mérito.
Cultoro
Muy cerca se pasó Pepe Moral a un segundo que se lo puso fácil: supo acoplarse a la embestida del noble deJandilla y le imprimió muchísimo gusto a cada uno de lso muletazos por ambos pitones que le ofreció. Sobre todo se gustó al natural, sonsacando bellísimos momentos por el pitón izquierdo. Fue una auténtica faena de sello la que dejó el sevillano, sorprendentemente, sin que tuviera la repercusión justa en los tendidos. Falló con los aceros cuando el de Jandilla lo prendió por el pecho en el primer encuentro para derribarlo contra la arena y prenderlo de nuevo al entrar a matar por segunda vez. Afortunadamente, todo quedó en un doble susto antes de dar la vuelta al ruedo. Muchísimo temple imprimió el de Los Palacios ante un cuarto que echó el freno de mano desde el comienzo de faena. Brindó a Manuel Caballero, empresario del coso manchego en agradecimiento por su contratación tras el triunfo de Sevilla, y a partir de ese momento ofreció una dimensión de torero cuajado y serio. Fue depurando muletazos conforme iba embeniendo y dominando la embestida del de Jandilla, ya parado completamente en el ecuador del trasteo. Un auténtico espadazo le propinó tras los gustosos muletazos como epílogo, lo que le confirió la oreja.
Albaceteavierto
Buena corrida, con Pepe Moral poniendo arte y sabiduría, buen nivel de Tendero y un Román que logró la primera puerta grande
Pepe Moral
El sevillano, que se presentaba en Albacete y en una feria de ‘campanillas’, sabía lo que se jugaba ante esta afición y no decepcionó porque supo entender a su lote poniendo arte, valor y sabiduría para estos envites. En su primero no estuvo muy certero con la capa, si se la jugó con la franela con tandas de altura, desplantes tras depurar el torero con muletazos largos y templados. Dos enganchones del toro, el de más peligro al entrar a matar, pusieron el susto en el tendido. Dos pinchazos y estocada lo que le privó de desorejar al Jandilla.
En su segundo hizo toda una faena de valor estando superior por la condición que tenía el toro. Quería salir a hombros y tuvo un arrimón de oles y de sustos, la espada le cayó un tanto trasera y solo se le concedió un oreja
COPE
Mientras Román triunfa, Moral torea
Por su parte, el natural de Los Palacios, Pepe Moral, trenzaba el paseíllo con el halo de matador de toros con gusto y empaque y así lo demostró en el albero albaceteño. Con el segundo de la tarde construyó una faena inconexa aunque tuvo algunos momentos de enjundia, especialmente con la zurda. Con la mano diestra, pese a tener repercusión en los tendidos, revistió menos pureza. Fue arrollado al entrar a matar y, a Dios gracias, sólo recibió la paliza. La vuelta al ruedo, de mucha valía.
Con el quinto de la tarde, de la ganadería de “El Cortijillo”, todo un señor toro por presencia, se fajó todo lo que pudo y más, incluso sacó algunos naturales de bello trazo. Tras media tendida pero certera, cortó una oreja. Moral demostró que es un torero que tiene condiciones y que es otro fallo más del sistema: diestro con clase al que no contratan. De locos es esto, oigan.
Motivos para peregrinar
Albacete interesaba antes de que las figuras pusieran un pie en la feria. Interesaba porque el cartel tenía el buen gusto de premiar lo que se gana en el ruedo. Hablo de Pepe Moral. De esas dos orejas en Sevilla y de esa soberana actuación en Madrid, en la que bordeó la Puerta Grande y, curioso, se ha quedado fuera de la Feria de Otoño. Esas cosas de mal gusto, como lo de Eugenio de Mora, después del año que ha echado en la Monumental un siglo después de llegar a esto. Vinimos a Albacete persiguiendo el rastro de un Pepe Moral que nos ilusionó en Madrid y nos encontramos con el toro de esta plaza. Serio
Moral con el segundo, noblote y manejable, se pegó dos tandas de acercamiento y la tercera fue colosal. Grandioso cómo echó los vuelos de la muleta y lo encajado que toreó con el toro y con él. Una estructura tan robusta que crujió la plaza en dos. Dejó muletazos soberbios, a veces aislados, pero como para volver. Casi le quita del medio con la espada y por suerte quedó despedazado sólo el vestido. El quinto nos dejó ver la parte b. Pedía papeles. Salió de toriles pensándoselo hasta que se estiró y tenía una seriedad tremenda. Y exigió. Todo por abajo lo quería y aún así era raudo y veloz en los movimientos. Duro. Áspero. Dio la cara de verdad. Y era toro para pensárselo.
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