Almonte triunfa gracias a la verdad de de Andrés Romero, la torería de Finito, la ilusión de Padilla, la capacidad de Puerto y la impresionante evolución de Miranda.
Que las figuras del toreo se anuncien una plaza portátil, que la plaza se llene hasta la bandera, que la disposición de todos durante toda la tarde sea la misma que hubieran tenido en la plaza de mayor compromiso en la tarde crucial de sus carreras, que además la novillada embista y todo el mundo salga contento, todo esto es lo mejor que le puede pasar al toreo
Que Andrés Romero, pisando plazas de responsabilidad este año, llegue a Almonte y ante uno de Los Esparatales, ni bueno ni malo, lo ponga todo, placee potros del futuro, se deje llegar al orientado burel hasta los pechos de su caballo estrella, innove con suertes nuevas y lo haga todo con naturalidad y maneras de mandón ilusiona a una gente que siempre supo vivir el amor al toro y al caballo en mezcolanza, esto es bueno para el toreo.
Que un torero de la dimensión de Finito se anuncie en este cartel en una temporada de tanto que recordar como la presente, que llegue a la plaza vestido de sacerdote en misa de pontifical, que despliegue su capote con sentido y que sea capaz de marcar la cadencia del toreo con una muleta a ritmo de toreo caro, que lo veamos doblarse como sólo lo hacen los dioses, y ponerse derecho como sólo lo hacen los hijos de Fidias, que regale tres pases de pecho que son tratados de tauromaquia. Si el Fino nos deleita gotas de su perfume en este ambiente, esto es gloria para el toreo.
Que el pirata Padilla ejerza y robe los corazones de una plaza al pegar dos largas cambiadas de rodilla ante el mejor novillo del encierro, que, con maneras de toreo viejo, invite a Manuel Escribano, de paisano en el callejón, a poner banderillas y formen un taco entrambos, que con la muleta, tras brindar a la camarista de la Virgen, y se empreñe en triunfar por lo civil o por lo criminal pegando series de hasta doce muletazos, sin quitarse de la cara del toro y que mate recibiendo, eso es maná divino para el toreo.
Que Víctor Puerto, por la muy torera vía de la sustitución, venga a esta portátil con toda la capacidad de los toreros machos, con las formas de los toreros profesionales y curtidos, que ya sólo buscan el toro que siguen soñando y cuando como esta tarde no lo encuentran, dejan constancia de sus excelentes maneras, de su saber torear,de ir por delante del feote, incierto y soso que hizo de cuarto, que un torero de esta dimensión y en este momento de su carrera pase por este festival, eso es bueno para el toreo.
Que David de Miranda cierre cartel, más allá del imperativo legal, un novillero que interesa, que haga el paseo infiltrado, con una costilla rota, que su compromiso vital, el que le impele a quedarse quieto, le hagan buscar la pureza desde el recibo de capote, pleonasmo de la evolución de un torero que se ha cuajado en profesional. Que con la muleta Miranda haga mejor al novillo, sin renunciar a su terreno natural, los mismos medios de cualquier plaza, desgrane las series en un prodigio de temple, de verdad, de muleta al morro, de magisterio en el toque toreador y profundo, Que la faena, de medida justa, se culmine con un limpio espadazo, es bueno para el toreo (onubense ...y mundial)
Pensando eso nos fuimos de Almonte, que cuando hay pueblos que dicen no al toro, que se vuelven locos con festejos desproporcionados o miedos acomplejados, aquí hay un sitio donde se hacen las cosas bien y a favor del toreo del presente y del futuro. Esto no es el toreo, si usted lo quiere así se lo concedo, pero esto es bueno para el toreo.
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