Sevilla "fuenteimbrosioada". Jimenez y Garrido a hombros con el mayoral de Gallardo

Media plaza par esta novillada de abono. Novillos de Fuente Ymbro de buena oresenic ay excelente juego. Muy buenos segundo quinto y sexto

Fernando Beltrán, silencio y saludos desde el tercio

Borja Jiménez, dos orejas y oreja

José Garrido, oreja y dos orejas

A hombros Borja Jiménez, José Garrido y el mayoral de Fuente Ymbro y el propio ganadero

Por Inma León

Hasta el Giraldillo se lo contó a la Giralda

Soñar no cuesta dinero pero cuando uno ve, en este caso tres, que los sueños inalcanzables, casi imposibles, se cumplen, no es que no cueste dinero, es que no hay dinero para pagarlo porque eso vale oro, del "güeno" y de muchos quilates. Yo creo que hasta el Giraldillo se asomó a verlo por pura curiosidad y se lo contó a la Giralda, créanme.

Sobre el papel la tarde prometía pero a la salida la estampa fue única. Es increíble ver la Puerta del Príncipe más bella que nunca abriendo las puertas de la gloria a dos novilleros y a un ganadero en una tarde que pasará a la historia y todo ello ante la atenta mirada de una Señora, La Maestranza, vestida con sus mejores galas y cuyos ojos, sus ventanales, se salían de las órbitas como los de todos los presentes. Parece mentira, Maestranza, pero es real. No se pellizque porque ha ocurrido ¡y tanto que ha ocurrido!.

Se podía ver las caras de alegría y de júbilo de los aficionados y no digo nada de los afortunados, incluido el Señor Gallardo, que siempre es un señor, pero hoy más que nunca. ¡Así sí, así da gusto ganadero, cuando de seis embisten cinco con franqueza! y más de uno se ha quedado 'Fuenteymbrosionado'.

Pero vamos al meollo de la cuestión, al toro, a la tarde completa. Borja Jiménez topó con un lote que ni toreando de salón en su coqueta plaza de Espartinas lo hubiera podido imaginar. Con su primero, de nombre 'Esmerado', un novillo al que se le pueden aplicar todos los adjetivos positivos que puede tener un toro bravo --fijeza, nobleza, bravura, transmisión y prontitud-- se esmeró pero bien desde que clavó sus lilas rodillas en el albero alcalareño. Tras emplearse en el caballo, se lo llevó a los medios donde gustó y se gustó sobre todo por el izquierdo con naturales largos y templados derechazos. Tras una buena estocada, la presidenta sacó los dos pañuelos blancos pero reservándose en el palco el azul, bajo mi humilde punto de vista equivocadamente. A los hechos me remito, Gallardo en volandas por el Paseo de las Delicias y ninguna vuelta al ruedo a los animales.

Con el segundo y, consciente de que tenía media puerta del Príncipe abierta, se fue de nuevo a portón de los sustos, donde lanceó con gusto a 'Espléndido', que brindó a su hermano Javier, reciente matador de toros tras tomar la alternativa la pasada Feria de Abril. El de Espartinas arreó en los medios de rodillas y con la muleta planchada y siempre puesta ante un buen novillo de Fuente Ymbro con el que se ajustó más por el derecho en una faena de más a menos pero importante, aunque un pelín acelerada. Tenía la llave en la mano y llegó con una estoconazo en todo lo alto.

Garrido es un pedazo de torero. Dicen que torear con el capote es lo más difícil del mundo y que tiene que hacerse como si se acunara a un bebé. Si lo hubiera tenido en sus brazos en esta tarde se hubiera pegado una siesta y hasta soñado con los angelitos. Con prodigiosas muñecas, a las que debería sacarle un seguro, desperezó su capotillo, lanceó a sus dos toros con gusto, con 'Taranto' cantó hasta por tarantas y crujió la plaza literalmente haciendo sonar la música.

Con la muleta, con los tendidos entregados y ante un animal justito de fuerzas pero con una nobleza que ya la quisiera más de un humano, el pacense con una clase exquisita, hoy sobre todo por el derecho, brindó su novillo a Álvaro Domecq y tiró con un oficio, yo diría que casi innato, del burraco en los medios y con un temple de muchos quilates dibujó derechazos propios de cualquier cartel taurino. Otro estoconazo y otra puerta abierta de par en par. Increíble, pero cierto, además de peso porque en su exigente primero con dominio y muy profundo se gustó al natural, pero de verdad, sin tapujos.

Por cierto, enhorabuena merecidísima a los hombres de plata en general, pero sobre todo a la cuadrilla de Garrido, Antonio Chacón, Jesús Díez Fini y José M. Amores, que han cumplido y con creces su complicada misión.

Fernando Beltrán quizás topó con el novillo más deslucido de la tarde, el cuarto, del que aprovechó su buen pitón izquierdo con la capa y con la muleta poco pudo hacer, al igual que en el primero, sin transmisión, al que pasaportó pronto tras una faena intermitente y con poco acople.

Tarde para soñar con una estampa única que en época reciente no se recuerda ¡señores! con dos novilleros y un ganadero a hombros con un brillo en su mirada al cruzar el ansiado umbral, que tantos desean y tan pocos pasan.