Ficha del festejo:
Corrida número trece en la Plaza México ante casi media entrada.
Se lidiaron astado de Lebrija de juego desigual y dos de Fernando de la Mora para rejones que se dejaron
Hubo dos regalos uno de Marrón para el rejoneador Leonardo Hernández y uno para Arturo Macías de Jorge María al que se le colocaron banderillas negras.
Leonardo Hernánadez:Ovación, silencio y dos orejas en el de regalo
Arturo Macías: Palmas, silencio y una oreja.
Joselito Adame:Palmas y oreja
Arturo Macías corta una oreja de mucho mérito a un difícil toro de regalo.
La cabalística corrida número 13 dejó se vivió en la México y ha dejado un cúmulo de emociones encontradas entre la afición.
Para Arturo Macías ha sido una tarde donde se cortó una oreja de mucho mérito al último de la tarde-noche un regalo de la ganadería de Jorge María, al cual por su inmensa mansedumbre hubo que colocarles banderillas negras, ante tal situación Macías se sobrepuso y en contra de todos los pronósticos le extrajo una labor de entera disposición y garra torera.
Al mal burel no había que hacerle mucho, pues desde inició mostró que no quería saber nada de capotes y muletas, pegando feos arreones que asustaba hasta al más puesto, pero Macías enfrentó con valía la dificil papeleta y cambió el hastío por el reconocimiento, se plantó en la arena y le robó literalmente los pases, obligandolo a embestir y pasándoselo muy cerca de la taleguílla. El público le reconoció y Macías con un deseo enorme por triunfar se fue por derecho y dejó una estocada en buen sitio de efectos fulminantes para llevarse así la merecida oreja.
Con su toros de lidia ordinaria ha estado en disposición, pero las circunstancias no se dieron para que se cortaran las orejas por ello decidió hacer el regalo que al final de cuentas le llevó al corte del apéndice
Para Arturo Macías ha sido una tarde donde se cortó una oreja de mucho mérito al último de la tarde-noche un regalo de la ganadería de Jorge María, al cual por su inmensa mansedumbre hubo que colocarles banderillas negras, ante tal situación Macías se sobrepuso y en contra de todos los pronósticos le extrajo una labor de entera disposición y garra torera.
Al mal burel no había que hacerle mucho, pues desde inició mostró que no quería saber nada de capotes y muletas, pegando feos arreones que asustaba hasta al más puesto, pero Macías enfrentó con valía la dificil papeleta y cambió el hastío por el reconocimiento, se plantó en la arena y le robó literalmente los pases, obligandolo a embestir y pasándoselo muy cerca de la taleguílla. El público le reconoció y Macías con un deseo enorme por triunfar se fue por derecho y dejó una estocada en buen sitio de efectos fulminantes para llevarse así la merecida oreja.
Con su toros de lidia ordinaria ha estado en disposición, pero las circunstancias no se dieron para que se cortaran las orejas por ello decidió hacer el regalo que al final de cuentas le llevó al corte del apéndice
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