Dice Melchor que su amigo Diego Santos es un tío incansable, y me imagino que como otros muchos que se quedaron en el camino, sigue entrenando como si todos los días se vistiese de luces, su entrega, su lucha,y su pasión por los toros nos une como si fuésemos hermanos.
No ve un pitón desde el 20 de marzo de 2009 en un festival benéfico en Osuna, pero su ilusión sigue viva, como esta fiesta, y demuestra que mientras que haya un romántico aficionado respirando, estaremos luchando por nuestra gran pasión LOS TOROS.
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