Roberto Domínguez y la coba.
Roberto Domínguez, no siempre estuvo en situación de poder elegir ganadería y mataba lo que buenamente le ofrecían.
Los regalitos de aquella tarde en el coso de la Misericordia de pamplona del vallisoletano eran criados en Zahariche, de Miura. Era una temporada de reaparición tras una fase mística juergista en London
Al regresar del sorteo, en la intimidad de la habitación del hotel, su apoderado, el guasón de Manolo Lozano, le dijo cariñoso que le había tocado un toro “con cara” pero bonito.
El burel se llamaba “Ojeroso”. Aún se recuerda en la plaza porque hubo de improvisarse un habitáculo en el camión de transporte, puesto que no cabía en los de tamaño normal.
Algún sobrado midió la envergadura de la cuna, bueno una cama de matrimonio doble de ancho, 1.50 largos, medía de punta a punta la cornamenta del guapo. La foto lo canta
Lozano siempre podrá decir que guapo era, y bueno, Roberto le cortó una oreja y salió en más figura de la Misericordia.
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