XIX jornadas taurinas de la Fundación Cajasol.
25 AÑOS DE LA REINAUGURACIÓN DE LA MERCED. Pereda, Marquinez, Marín Rite y la empresa actual rememoraron los últimos 25 años de historia reciente de la plaza de toros de la Merced.
Domingo Prieto recibió un emotivo homenaje en el año en que se cortará la coleta.
25 AÑOS DE LA REINAUGURACIÓN DE LA MERCED. Pereda, Marquinez, Marín Rite y la empresa actual rememoraron los últimos 25 años de historia reciente de la plaza de toros de la Merced.
Domingo Prieto recibió un emotivo homenaje en el año en que se cortará la coleta.
Hay un viejo chiste del genial Mingote que forma parte de la historia gráfica de nuestro acervo cultural, es sencillo y no necesita mucha literatura para explicarlo, ni mucha agilidad mental para entenderlo, se trata de un cartel de obras que rezaba más o menos, “puente inaugurado el mes pasado cerrado por derrumbe, desvío por puente romano del siglo II a.c.”. Sobre la plaza de toros de Huelva se podría colgar un pasquín que viniera a decir lo mismo. De este asunto, al que se me resiste no tildar de locura, locura cuerda, con fundamento, como la inevitable tozudez de la realidad se ha empeñado en demostrar con el testigo insobornable del tiempo, de este tema disertaron ayer José Luís Pereda, Luís Marquinez. Juan Antonio Marín Rite, Carlos pereda y Oscar Polo en la jornadas taurinas de la Fundación Cajasol. Locura del genero colombino, tan de nuestra tierra, locura de afición y locura de soñadores egregios que culminan hazañas impensables para el común de los mortales Hablaba el arquitecto Luís Marquínez de las primeras entrevistas con José Luís Pereda, cafetería Antón, de las visitas a las depauperadas instalaciones, que sólo el ojo del buen veedor hubiera sabido calibrar, la diferencia entre una andrajosa apariencia y una fundamentada estabilidad, la que sólo puede dar el trabajo de nuestros mayores elevando edificios. Pereda no puede dejar de sentir orgullo, supo ver más allá, supo poner delante de todo su ilusión, su afición y su dinero. Quería una plaza que emocionará a los onubenses y a fe que lo consiguió. Podría haber contando José Antonio Sotomayor, letrado entonces de la Merced, sus aventuras para encontrar, convencer, comprar a los herederos de Mora Claros, sus desventuras para saber cuanto es la sexta indivisa de un octava parte correspondiente a la legitima, de fulanito de tal casado en gananciales con menganita de cual. Pereda quiere a la Plaza de la Vega Larga como a un hijo, mejor como a una hija, la única que él parió, afirma, una hija que le ha provocado, también le ha dado grandes satisfacciones. Marín Rite fue el alcalde sabio, el que supo dar su sitio a la sociedad civil onubense después del fiasco de la subvención y la mamandurria. Tiempos de consenso, el alcalde pensaba que el sitio era en la Soledad, frente a los bomberos, se dejo convencer, ¡ que tiempos! Dejar hacer, mirar prudente y encajar críticas de todos los sectores, ser ecuánime y dormir tranquilo. Así se puede ser alcalde y así lo expresó ayer en estas jornadas de Cajasol. La empresa actual, no reniega, no podría hacerlo, de su parentesco evidente con el hombre que mece la plaza, tomaron una herencia de gestión de aficionado, de una plaza privada, sin prebenda pública conocida, con el riesgo empresarial de jugarse sus cuartos, menos natural de lo que sería deseable, y hay andan once años después, con la moneda de José Tomás dizque en el aire, con la vuelta de Espartaco, mañana en el ciclo de Cajasol, otra vez después de treinta años de aquella alternativa en una plaza que ya solo será recordada como la derruida plaza de las Colombinas. El coloquio surgió fluido, las anécdotas salpimentaron una velada histórica donde un puñado de onubenses se juntaron para recordar parte de la historia menuda de una ciudad donde la escasa monumentalidad de referencia, en sintagma acuñado por Pepote Rodríguez de la Borbolla, fue salvado por la mirada de un visionario, la experiencia de un arquitecto enamorado de Huelva y la sabia actitud de una administración consciente de sus funciones y prioridades. Sin la confluencia mágica de estos tres factores, sin la prudente locura visionaria de Pereda, capaz de involucrar al resto de artífices, no sabríamos que hubiera pasado, pero como futurible histórico recordemos que San Sebastián y los todopoderosos Choperas estuvieron sin toros 25 años, y nuestra vecina Cádiz sigue sin plaza, y nadie se rasga las vestiduras. Destacado, Domingo Prieto Homenajeado.Al final de la mesa redonda saltó la sorpresa, los colaboradores de Cajasol, empleados, los coordinadores del ciclo, la Huelva taurina, la Huelva universitaria, la Huelva política ofrecieron un sentido y sincero homenaje al presidente en Huelva de la Fundación Cajasol Hay que poner palabras de poeta, la de José Juan Díaz Trillo, la utilidad de la bondad, el hombre culto, sencillo, onubense, de firmes convicciones y siempre dispuesto a dejarse convencer. Posiblemente será su último ciclo los toros de Cajasol.
Su sola militancia en el bando de los taurinos dignifica nuestra afición. El día que se vaya, será como los grandes toreros, siempre dispuesto a volver. Destacado. Excelente muestra gráfica en la sala Plus Ultra de la Fundación Cajasol que se puede visitar hasta , en horario de a de la historia de la reinauguración de la plaza de la Merced, con fotografías y crónicas de cómo era, como estaba, como se rehabilitó, y de los momentos destacados de la nueva singladura iniciada el año 1984, cuando los toros volvieron a la Vega Larga con el cartel de romance de un Litri, Miguel Báez Spuny, junto a Curro Romero y Pepe Luís Vázquez (hijo) que se las vieron con ganado de Jandilla.
2 comentarios:
Bendita locura que sigue hoy siendo la casa de muchos que allí nos reunimos a diario, unos, los veteranos, para comentar la actualidad taurina, contar sus anecdotas, rememorar sus vivencias en aquella plaza y para hacernos una grata compañia a los otros que vamos allí a entrenar, prepararnos y respirar aire taurino.
Creo que no soy el único que podría asentar y confirmar que es ésta, nuestra plaza, la plaza más bonita, más alegre, con más gusto y con más sabor de cuantas hayamos podido pisar y ver.
Es un lujo para la vista y para los sentidos, cuanto más para poder expresar los sentimientos y la torería de los que por aquí han pasao y pasan.
Es ella la que está en un rincón de uno de mis sueños, torear en ella sería una satisfación personal, por estar cerca de mi familia y en mi plaza.
Para mí esta y el majestuoso coso rondeño son las únicas plazas que hoy me quitan el sueño.
No es la plaza de muchos, es de uno sólo, PEREDA.
Podría ser tuya también, pero no lo es.
La nuestra, la de los onubenses, la de todos, nos la quitaron en el 80.
Tu eras un niño, pero te lo habrán contado, la operación urbanística más vergonzante de nuestra historia reciente.
Suerte torero.
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