Brillante visionado del documental de la Claqueta Metálica en Cajasol.
La sala Plus Ultra, dentro del XIX Ciclo los Toros de la Fundación Cajasol, fue testigo anoche de la presentación del documental, que auspiciado por la Consejería de Gobernación y producido por la Claqueta Metálica, que narra la vida del torero del primer tercio de siglo y que da nombre a una de las obras cumbres de la literatura firmada por Federico García Lorca.
La obra de arte, que ayer se presentó por primera vez en nuestra capital fuera de Sevilla y su festival de cine, es una obra taurina, realizada por el onubense Manuel Hidalgo y Olmo Figueredo. Analizada y puesta en suerte por Macarena Bazán el escritor y periodista Nicolás Salas, Manuel Hidalgo, se presenta como una moderna visión de un hombre adelantado en muchos aspectos a su época.
Los aspectos fundamentales que se disfrutan en el documental son los taurinos, la vertiente mediática, los aspectos mundanos, su vinculación con la generación del 27, su presencia en el ateneo, la cruz Roja o la presidencia del Betis, sus apariciones constantes en una inquieta sociedad civil hispalense quedan en anécdota y apenas son esbozados en un documental concebido y realizado para la televisión, con un genial banda sonora, una serie de innovaciones técnicas, una agilidad argumental y visual que permite pensar, que tiene su sitio más allá del mundo taurino, del ámbito andaluz, incluso del hispano parlante. Quizá su taurinismo a ultranza, juegue en su contra en países de sensibilidades
Partiendo del testimonio de parientes, eruditos, historiadores, se adentran en la personalidad del torero, nacido en Sevilla dentro de una acomodada familia , al que desde niño subyuga el universo taurino y una sombra freudiana, José Gómez Ortega Joselito, su maestro, su amigo, su cuñado, su sueño, el novio de Argentinita, de quien se prenda Ignacio. Tan consciente es de su obsesión, que estudia y presenta en forma de obra de teatro, las novedades psiquiatritas y psicológicas, del médico checo y Pirandelo.
El documental reclama su sitio en el mundo del toro, con una faena de menos a más, que engancha en su desarrollo, emociona por la cercanía del formato de testimonio directo y enamora en el trato exquisito que otorga a un personaje de vida azarosa, el cuidadoso respeto lejos de amarillismo al que hubiera sido fácil acudir, pero ya han aprendido estos cineastas que pronto serán aficionados, que la gente del toro sabe ser respetuosa con las gentes que lo rodean y no vale la pena herir una sensibilidad por conseguir un titular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario