Toros por Derecho y Toros en Cajasol.
Cuentan, en una manida leyenda urbana, que aquel animal bello y complejo que fue Luis Miguel enamoró a ese otro animal bello y triste que fue Ava Gardner, relata la historia que cuando acabaron de jugar al eterno juego del amor, el de Quismondo se empezó a vestir enseguida y, ante la pregunta de la americana que inquirió que a donde iba tan deprisa, el padre de Miguel Bosé respondió: “a contarlo”. Cuentan que no le hacía gracia al maestro Dominguín que le relatasen el sucedido, pero se cuidaba mucho de no negarlo; al fin una leyenda siempre será una leyenda, y la prosaica realidad no merece desacreditarla.
Al aficionado taurino, le gusta contar y que le cuenten, se le identifica por una forma especial de amar la fiesta brava. Alguien puede ser amante del cine, saca su entrada, ve su película, compra una revista y se atreve a deletrear el nombre de un secundario de los títulos de crédito que el gran público ni mira. El aficionado al toro, vive el día de la corrida de forma especial desde que se levanta, sabe la ganadería, su encaste, las cuadrillas, la historia de la plaza, el color del fajín y cita de memoria mil frases del Cossío.
Para semejantes alardes, el aficionado debe pertrecharse de argumentos en el invierno, cuando no hay toros, leer, acudir a charlas, coloquios, mesas redondos y sobre todo, practicar el bello arte de la conversación, la dialéctica, la faena soñada puesta en palabras, historias, recordadas fielmente algunas y adornadas otras por la imaginación, la pasión y el tiempo pasado.
La Fundación Cajasol en Huelva, Manuel Jesús Montes y Alejandro Márquez como primeros espadas, confecciona un ciclo, ya en su XIX edición, que nos va a permitir por ejemplo el lunes, oír las versiones de los responsables de que hoy haya toros en Huelva, saber porque aquel valiente de Pereda creyó que la plaza vieja de la Vega Larga podía sobrevivir a la ruinosa monumental, de Marín Rite, el político prudente y sabio que consintió la locura, Marquínez, el arquitecto que le dio forma. En esa plaza ha toreado mil tardes Espartaco desde su alternativa en la plaza de las Colombinas, como líder del escalafón y torero de Huelva, también lo tendremos en el ciclo el martes.
Sánchez Mejías trasciende, con su humanismo renacentista, del toro, futbolero, presidente del Betis y de la Cruz Roja, conferenciante, mecenas del 27, piloto, jugador de polo…, se examinó de revalida en el Instituto Rábida y fue devoto de la Virgen del Rocío. García Lorca lo inmortalizó de forma que más de uno quisiera dejarse matar por un toro para conseguir ser musa de los versos de la elejía. El documental de la Claqueta Mecánica nos acercará el miércoles a la figura de cuñado de Joselito.
Lo de Litri, como referente necesario para hablar de toros en Huelva, es algo más que una necesidad, CNH y José Antonio Márquez han puesto todo el cariño y la torería precisos para que el documental sobre la figura del maestro de la calle San Sebastián aunque nacido en Gandía, sea el colofón perfecto para este ciclo que se consolida como referente hibernal del taurinismo militante onubense.
Hablando de ciclos, no podemos obviar el II curso Toros por Derecho, que se presentó ayer y que se celebrará en la facultad de derecho de la universidad onubense, los próximos 5 y 6 de marzo y cuyo nivel de matriculaciones hace prever que se quede gente en la calle. Ya analizaremos en próximas fechas ponentes y contenido.
Por si esto fuera poco, mañana en Trigueros será glosada la figura del torero local Pablo Gómez Terrón. La convocatoria es a las 20.30 en el centro cívico convento del Carmen.
Tenía Juncal una frase genial que le recetaba a esa amante, varios siglos más joven y pariente de Rilke, después de cada batalla amorosa ¿quieres que te eche otro…polvete? , pues como pretendía Juncal, vamos a echar otro… coloquio, seguro que aprendemos algo.
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