Media entrada en la Monumental de Aguascalientes, quita corrida de la feria, se lidiaron astados de Teófilo Gómez bien presentados de juego variado, destacó el lidiado en cuatro lugar que mereció el arrastre lento.
Arturo Macías: Oreja y dos orejas
Fermín Rivera: Palmas y al tercio
Alelandro Talavante: palmas y ovación en los medios
Al final del festejo Arturo Macías abandonó la Monumental de su tierra a hombros de la afición.
Rotundidad ha sido la palabra clave para describir la actuación de Arturo Macías esta tarde en la Feria de su tierra, dos actuaciones sólidas y llenas de temple y garra torera. Macías se llevó el mejor lote del encierro de Teófilo Gómez y ha salido a hombros de la afición que le vio nacer como hombre y como torero.
La primera faena a un buen astado que dejó estar Macías, de rodillas frente a toriles con largas afaroladas le dio las buenas tardes. Luego de empujar que el astado empujara fuerte en el peto, Macías quitó chicuelinas y por tafalleras, de muleta los cambiados por la espalda seguidos con los remates de pecho hicieron desprender los olés. Por derecha tandas de garra obligando a pasar al burel por su engaño.
El astado al final se quedaba a medio viaje y Macías se metió entre los pitones, pegándose un arrimón ante sus paisanos, ajustando las distancias y con despaciosidad obtuvo las embestidas ante el agrado de su gente. Al final los pases en redondo y la estocada entera para llevarse una oreja.
La segunda faena fue de altos vuelos, el buen astado tenía condiciones y dejó a Macías eslabonar una faena importante, que lo posiciona como el triunfador de lo que va de la feria. Macías unificó criterios, estuvo variado con la capa quitando por chicuelinas, tafalleras, caleserinas y brionesa, las dianas se desgranaron desde el tendido y la emoción creció.
Los doblones toreros continuaron cuando se hizo de la tela roja, por bajo poniendo el deseo de triunfo por delante en cada muletazo haciendo que su gente reconociera el esfuerzo, había que llevar al buen astado templando las embestidas y también templando el corazón, así lo hizo Macías con al son de la pelea de gallos, contagiando de emoción a los hidrocálidos y colocándose en la historia de esta Feria de San Marcos 2015, mató de gran estocada y las dos orejas llegaron a sus manos y para el buen toro el arrastre lento.
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