Festival mixto con Roberto Armendáriz y los novilleros Martínez y Silvera
Toros en Navarra
Ganado: Tres erales de San Mateo y uno, el tercero, de Carmen Lorenzo, bien presentados y de juego dispar; el primero, noble y con clase, y el cuarto, con cierta codicia, fueron aplaudidos en el arrastre.
Toreros: Jesús Martínez (oreja con petición de la segunda), Roberto Armendáriz (oreja con petición de la segunda y dos orejas) y Emilio Silvera (silencio tras aviso).
Presidencia: A cargo de Sebastián Marco, asesorado por Eduardo Los Arcos y Pachi Garbayo, cumplió bien su cometido, aunque fue algo generosa en la concesión de la segunda oreja del que cerró plaza.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde soleada y agradable, aunque con molestas rachas de viento.
Al igual que el año pasado, el festival taurino de Noain volvió a ser un éxito, tanto de público como artístico. Lo más importante es que la gente se entretuvo y abandonó la plaza dispuesta a regresar el año que viene.
Pedro Gutiérrez Moya, antes Niño de la Capea y ahora ganadero de bravo, presenció el festejo desde el callejón. Trajo un encierro bien presentado, con kilos, que ofreció un juego dispar, con dos buenos erales, uno para el toreo a pie y otro para el rejoneo.
Éste, lidiado en cuarto lugar, permitió a Armendáriz asegurar la salida a hombros ante sus paisanos. Fue un novillo con movilidad y cierta codicia, al que el caballero de Noain recibió con Visir, montura con la dejó un único rejón de castigo, para cuidar la buena materia prima. En banderillas, el público ovacionó la labor de Ranchero y sus ceñidos quiebros, sobre todo el segundo, en el caballo dejó llegar mucho al toro y aguantó al límite hasta quebrar y clavar. Y ya en el tercio final, sobre Dandi, dejó tres cortas muy reunidas y, previo pinchazo, terminó con un rejonazo. El palco le concedió las dos orejas del eral, tal vez para compensar la primera intervención del jinete navarro, que, con peor oponente, tuvo más calidad.
El primero de Armendáriz, segundo de la tarde, fue un eral emplazado en los medios, que fue muy a menos. Sin embargo, la faena del de Noain tuvo más calidad que la doblemente premiada. La comenzó con el tordo Forajido, con el que se gustó en dos rejones de castigo. En banderillas, Grano de Oro puso la calidad con su medido toreo de costado en una vuelta al ruedo y con sus quiebros y Zamorino, la osadía con su toreo en cortas distancias. Terminó con Dandi, con un rejonazo arriba y un certero golpe de descabello.
Respecto al toreo a pie, abrió la tarde el madrileño Jesús Martínez, que se encontró con un magnífico eral, que embistió con nobleza y clase, y repitió con fijeza. Lo aprovechó al natural y por ayudados, en dos tandas en las que el novillero se confió y ligó los muletazos. Mató de una estocada y cobró una merecida oreja.
Silvera no tuvo suerte con el aquerenciado tercero. Trasteo bien planteado en tablas pero mal rematado con los aceros.
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