viernes, 21 de febrero de 2014

¿Somos la chusma?


Algún compañero de las tareas informativas, joder que cursi y rimbombante queda, todo por no decir que yo no soy periodista de carrera aunque si por oficio y vocación, se me revuelve incómodo cuando uso el apelativo "chusma" para referirme a los pobrecitos habladores que contamos cosas de toros.

Las razones son muchas y no todas confesables en público, es más, algunas permanecerán secretas incluso para los más íntimos.

Quizá mi falta de formación reglada, mi guasa natural o cierto complejo de intruso me hagan llegar a este calificativo demasiado fuerte para los tiernos oídos impúberes de los puristas del periodismo taurino.

Empecemos por el precioso origen etimológico del palabro, precioso viene del culto y comercial genovés medieval "ciusma" y este de griego κέλευσμα, que, con algo de onomatopeyico, era la cantinela de lo remeros condenados a galeras para remar acompasados cius...ma, cius...ma. Que nadie me diga que la mayoría de las veces no tenemos a un negrero o similar de director del medio donde penamos galeras por nuestras malas acciones ciertas o inventadas, no me digáis que no vamos acompasados, que si a por las acreditaciones, que si a por la entrevista, que si a por el abrazo, a por la cerveza a por el torero a por el adjetivo definitivo a por la gloria literaria..., cius...ma, cius...ma.


Si vamos a nuestro fiel DRAE dicen los académicos que la chusma, en sus dos primeras acepciones, es un conjunto de gente soez o muchedumbre de gente vulgar. Bueno entiendo el rebote por esta acepción, tomando en sentido amplio los términos soez y vulgar es cierto algo más que el matiz peyorativo de lo grosero, lo indigno o lo vil. Está bien...aceptamos chusma como denigrante, pero sigamos por los renglones más olvidados del amado doble libro .

La tercera de las definiciones nos va que ni al pelo, conjunto de galeotes que servían en las galeras, ya hemos explicado lo acertado de la adjetivación. Un negrero que nos desprecia como jefe, estamos sentados en un banco, siempre queriéndonos ir...

La cuarta de las interpretaciones es fetén, a saber, conjunto de indios que, viviendo en comunidad, no eran guerreros, o sea mujeres, niños y viejos considerados en conjunto. Me gusta lo de indios, me encanta lo de mujeres niños y viejos, pero lo que me parece acertadísimo es lo de el antibelicismo militante, es todo un diagnóstico de la pasividad de nuestro oficio.

Hombre no hay quinta mala, despectivamente en Argentina chusma es la persona chismosa y entrometida, siempre debe venir la savia buena del idioma de ida y vuelta y en la tierra de Borges lo han clavado, ¿que seríamos si no fuéramos algo cotillas y aventadores de rumores, no siempre antesalas de noticias?, definitivamente estaban pensando en todos nosotros.

Siguiendo con lo hispanoamericano en Cuba nos retratan de forma menos amable y creo que menos fidedigna, en la tierra de los ingenios azucareros definen a la chusma como persona de modales groseros y comportamiento vulgar. Hombre, pues reconozcamos que hay de todo en nuestras filas, es cierto que la aristocracia de los modales no honra con profusión nuestras huestes, no es menos cierto que sin duda andamos muy por encima por crianza y ambiente de los colegas que cubren política, sucesos, local, cofradías o deportes pero quizá han cargado un poco las tintas, pensemos que una técnica nada extraña en nuestro devenir diario y que quizá no sea más que un cariñoso toque de atención.

Por eso y desde aquí reivindico chusma como el más completo y adecuado y desacomplejado y guasón de los apelativos posibles para nuestro colectivo y lo reivindico frente a cronista, que se queda corto, crítico que es altisonante, revistero, que me gusta pero lo entiendo caduco, juntaletras, que me define pero es despectivo, cuarto poder por que no mandamos nada, los chicos de la prensa, por que ya no somos tan chicos, los plumillas, por que ya no las usamos, los sobrecogedores, por que no nos mandan nada ni lo querríamos... espeso silencio... vamos a dejarlo.
Pensad en que si nosotros no no reímos de nuestros yos ególatras y bien pagados ¿quien lo hará?

En fin, chusma somos y a la chusma volveremos, al menos el abajo firmante así se reconoce y recordad que lo importante son las palabras. El resto... el resto es hablar por hablar.

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