Y llegó el otoño y con él las ferias que abrochan año. San Miguel en Sevilla siempre ha sido santo y seña de una fecha, esta de los arcángeles, muy torera y de mucho predicamento en la católica tierra de España.
No es fecha fácil, nunca lo fue. Las inclemencias metereológicas propias de la época han dado más de un disgusto en forma de agua a empresas, toreros y aficionados, no se porque orden. Las figuras al llegar estas ferias tienen la temporada hecha, acumulan corridas, si el año fue malo, Sevilla pesa mucho, si el año fue bueno no es momento en que resulte rentable a corto plazo un triunfo, sin embargo un fracaso puede pesar en la negociación de la próxima feria. Existe además para la empresa el riesgo acumulado de caídas de cartel por cogidas y otros incidentes. Escasean toros en el campo, cumpliendo muchos de cinqueños en estos días o pasándose la edad reglamentaria otros. Dicen la empresas que el que la feria se desarrolle a final de mes tampoco ayuda. Mil problemas que añadir al "como está la cosa" que dicen que mejora, aunque en mi casa no lo percibe nadie.
Por cuestiones de abono en la Calle Adriano se cierra esta feria antes de Marzo. El acierto de los carteles confeccionados con tanta antelación depende del sentido más taurino que sea capaz de desarrollar la empresa, de sus capacidades predictivas, del arte para negociar ante las figuras, del gusto de los carteles que ofrece a los toreros, del conocimiento de los gustos de la afición...y en última instancia, hablamos de toros, de la suerte.
Este año Pagés ha cerrado una feria septembrina más que notable. Hoy viernes, con toros de Pereda, que lidió una magnífica corrida el pasado año en esta misma fecha y en esta misma plaza, vienen dos toreros a la Maestranza que son esperados. Nazaré ha rozado la Puerta del Príncipe dos tardes en Abril, torea al natural como los ángeles y es del gusto de Sevilla. El malagueño Jiménez Fortés es un torero que después de dar dos vueltas a España, sin redondear un triunfo apoteósico, aunque ganando casi siempre la partida, sigue estando en la boca de todos los buenos aficionados, eso es en si mismo prueba fehaciente de que se le espera. La formula del mano a mano quita la posibilidad de un puesto en año de reducción de festejos y de ausencias injustas en Sevilla, pero es la moda y es posible que aporte un cierto grado de rivalidad que emocione a los tendidos.
El cartel del sábado lo sostiene Perera, un torero que ha firmado una campaña de una dimensión estratosférica, sólo para iniciados, pero de un nivel cumbre. El Cid no pasa por su mejor momento, no es su mejor temporada es cierto, pero este hombre honrado tiene una historia, eso en el toro siempre ha sido motivo suficiente. Castella da argumentos continuamente, que no haya cuajado una faena redonda en sus últimas presencias en Sevilla debe ser el acicate, como si al francés le hiciera falta tal cosa, quizá sólo le haga falta relajarse. Llama la atención la sorpresiva (¿O no tanto?) presencia de hierro de los García Jiménez en Sevilla. Esperemos que la torada de Matilla aporte argumentos a posteriori. A priori cuenta con pocos, más allá de los intereses creados.
Pagés lo ha bordado en la corrida del Domingo, un festejo que ya roza el no hay billetes y con sobrados motivos. Era fácil, con estos nombres de gente grande es más complicado equivocarse. Morante está en sazón, regaló una media en Abril que todavía mece el sueño de muchos aficionados (bienaventurados los toreros que con un lance justifican una feria, por que de ellos será el reino de los distintos), "lo" de Ronda ha acabado por convencer a los pocos escépticos que quedaban. Juli, que sólo conoce dos puertas de salida en sus últimas presencias en Sevilla, la del Príncipe y la de la enfermería, sostiene el peso del toreo y llega a Sevilla como a cualquier plaza, pero más. a triunfar o a triunfar. Talavante, triunfador de Madrid 2013, se encartela en este San Miguel con dos toreros que le ponen y además siempre ha tenido en Sevilla su especial sintonía al natural. Juan Pedro siempre ha sido garantía, dentro de lo que se puede garantizar en el toro, donde todo depende de la actitud de un animal del que sólo podemos certificar su trapío y su carga genética.
Esta tarde a las seis sale el toro, argumentos hay para el triunfo. Entonces, que Dios reparta suerte... para todos.
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