Burladero
çHostelero, un sexto que rompió a más con buen fondo en una muleta también a más. El extremeño sintiéndose y muy metido hasta en el andar y los adornos. Los muletazos largos y templados por el lado zurdo provocaron esos mágicos, por difíciles y hondos, olésmonumentales de Pamplona. Espadazo atravesadillo y dos orejas por petición clamorosa
El MUndo
Al altón y colorado sexto, Posada le dibujó sus cosas de apertura. Cuando poco a poco, el nieto de Juan se fue dando cuenta de que exigiendo al novillo abajo le soltaba menos la cara y respondía mejor subió muchos enteros. Así llegaron la belleza del toreo al natural y los pases de pecho a la hombrera contraria. Volvió la luz de Olivenza. Otro sabor. Es certero Posada de Maravillas con el acero. La gente se volcó con la estocada; el presidente accedió a las dos orejas. Que le sirvan para afianzarse y crecer. Paladeó la gloria su sonrisa.
EFE
El alto y feo sexto no parecía prometer mucho más desde su salida, pero el novillero de Badajoz acertó a aprovechar su única virtud, que fue la de la movilidad. Sobre esa base, con paciencia y firmeza fue metiendo al de El Parralejo en la muleta, para, de mitad de faena en adelante, sacarle finalmente dos buenas series de naturales, a la vez que también centraba en el trasteo al amable público que acude al primer festejo de los Sanfermines. Justo antes de que el día del Patrón las peñas de sol impongan su ley en la plaza
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